Oriente Medio
El Kadima da la sorpresa en Israel y se sitúa por delante del Likud
El gubernamental partido centrista Kadima de Tzipi Livni ganó los comicios generales celebrados este martes en Israel, según dos sondeos divulgados por televisiones locales al cierre de los colegios. Sin embargo, con el apoyo de la extrema derecha y de los partidos religiosos, Netanyahu parece encontrarse en mejor posición para formar una coalición gubernamental.
De acuerdo con los sondeos, del Canal 1 y el Canal 10 y que no tienen carácter oficial, el Kadima consiguió 30 diputados frente a 28 de su principal rival, el partido conservador Likud de Benjamin Netanyahu.
Asimismo, la ultraderecha representada por el partido ultranacionalista Israel Beitenu ("Nuestra Casa Israel"), de Avigdor Lieberman, tendrá un papel crucial en la política israelí, tras haber obtenido el tercer puesto en los comicios, por encima del Partido laborista.
La formación de Ehud Olmert, el primer ministro saliente anegado en escándalos de corrupción, obtuvo los peores resultados de su historia.
Muchas encuestas habían anunciado una abstención mayor en estos comicios, aunque a las 12H00 locales (10H00 GMT) un 23,4% de los empadronados había votado, frente a 21,4% en los comicios de 2006 a la misma hora. Según los comentaristas, una participación fuerte suele favorecer a los grandes partidos, como el Likud (derecha), el Kadima (centro-derecha) y los laboristas (centro izquierda), aunque según los medios locales, la lucha por suceder a Olmert se disputa entre Livni y Netanyahu.
Votan los canditados
La líder del gobernante Kadima, Tzipi Livni, emitió su voto en la el barrio de Ramat Hahayal de Tel Aviv a primera hora de la mañana y ha señalado que "mucha gente" introducirá en la urna la misma papeleta que ella, informa su portavoz. Livni pidió a los israelíes que no voten "desde la desesperación y el miedo sino desde la esperanza" y mostró su confianza en que "la lluvia no impedirá a la gente a votar".
Avigdor Lieberman, cabeza de lista del partido de extrema derecha Israel Beitenu, ha acudido a un colegio cercano a su residencia en el asentamiento judío en Cisjordania de Nokdim, y pedido a todos los ciudadanos de Israel, "cristianos, musulmanes y judíos" que voten y recuerden que "hay un partido que puede hacer el trabajo", informa la versión digital del diario Haarezt.
Otro de los primeros en emitir su voto fue el rabino Ovadia Yosef, líder espiritual del partido ultraortodoxo judío Shas, que acudió al colegio electoral acompañado del líder del partido haredí, Eli Yishai. Yishai resaltó que su partido tiene "mucha fe" en el resultado de los comicios y que espera que el conservador Likud forme un gobierno de coalición en el que esté incluida su formación. "Un voto por Shas es una bendición", señaló.
El pacifista Chaim Oron, líder del partido Meretz, votó en el Kibutz Lahav, en el sur de Israel y pidió a los votantes de izquierdas que apuesten por su formación. "Las elecciones de hoy son sobre la educación, seguridad y economía del futuro de Israel", declaró.
Sin incidentes
La jornada electoral transcurre por el momento sin incidentes, a excepción del registrado en la localidad árabe israelí de Umm al Fahm, donde el candidato de ultraderecha Baruch Marzel trató de acudir como apoderado de su partido para formar parte del comité de supervisión electoral.
La policía no permitió la entrada a la localidad a Marzel después de que docenas de manifestantes bloquearan los accesos para impedir que quien consideran un "racista y fascista" estuviera presente en los colegios electorales.
Los israelíes podrán determinar la composición de su nuevo Knesset (Parlamento) hasta las diez de la noche, cuando se cierren los colegios. En las poblaciones de 350 habitantes o menos las urnas se cerrarán dos horas antes, según informaciones del periódico Yedioth.
Los partidos derechistas como el Likud o Yisrael Beiteinu (YB, Nuestro Hogar es Israel) esperan lograr una importante representación que les permita liderar un gobierno de coalición. La dudosa eficacia de las ofensivas militares del Gobierno de Ehud Olmert (Kadima) en Líbano y la Franja de Gaza parecen haber propiciado una deriva derechista en la sociedad israelí.
Las últimas encuestas publicadas antes de la votación conceden al Likud 25 escaños, 23 para el Kadima, y 19 para YB. El Partido Laborista se haría con 16 escaños, y formaciones como el Shas o el Partido de los Pensionistas acumularían aproximadamente 10 escaños cada una.
Los partidos en liza:
El Likud (conservador nacionalista sionista) de Benjamin Netanyahu: el favorito en las encuestas por encima de sus rivales, incluido el Kadima.
El Likud es una formación de centro derecha que propone políticas duras para enfrentarse a los militantes palestinos. En teoría, de ganar las elecciones este partido supondría un cambio hacia la derecha en el Ejecutivo israelí.
El Kadima, liderado por la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni: un partido de centro derecha, aunque en el espectro político israelí aparece a la izquierda del Likud. A pesar de ello, en la última guerra en Gaza el Kadima mostró una clara inclinación a la línea dura contra los palestinos.
El Partido Laborista, de centro izquierda: un partido social demócrata y sionista.
Su líder es el ministro de Defensa, Ehud Barak. La última guerra en Gaza hizo aumentar enormemente su popularidad entre los israelíes pero aún se mantiene muy lejos de los dos grandes aspirantes al Ejecutivo.
Yisrael Beiteinu: la revelación en estas elecciones. Un partido de extrema derecha relativamente nuevo que está consiguiendo gran apoyo entre los israelíes.
El programa ultra nacionalista de Yisrael Beiteinu incluye esfuerzos para reducir el número de árabes israelíes, mediante un nuevo trazado de las fronteras con un eventual Estado palestino y el aumento de la inmigración judía. Yisrael Beiteinu está liderado por su fundador, el inmigrante ruso Avigdor Lieberman. Según las encuestas, en las elecciones del martes este partido mostrará un avance notable.
Israel Beitenu dirigió sus críticas contra la minoría árabe de Israel, que representa el 20%, acusándola de ser un "peligro en el interior" y amenazó con retirarle sus derechos ciudadanos si no dan pruebas de "lealtad" al Estado hebreo. Las grandes formaciones políticas israelíes tomaron distancia de Israel Beitenu, y calificaron sus posiciones de "racistas" y "fascistas", pero ninguna, incluidos los laboristas, descartaron contar con ellos para gobernar.
El Meretz: este sí, un partido de izquierdas, encabezado por el ex ministro de Agricultura, Haim Oron.
Meretz aboga por llegar a compromisos con las facciones palestinas y suspender la expansión de los asentamientos judíos. En la última década el Meretz ha perdido popularidad y no se espera que consiga muchos parlamentarios en estos comicios.
El mundo árabe ante las elecciones
¿Tendrá realmente alguna repercusión estas elecciones en la relación de Israel con los palestinos? Según expertos árabes, no. Aunque también temen que una victoria de la derecha suponga un cambio para peor.
Lo que sí parece estar más claro es que estas decisivas elecciones no sólo decidirán quién ocupará el Ejecutivo en los próximos cuatro años, sino también las futuras relaciones con EEUU, el proceso de paz con Palestina y hasta el enriquecimiento de uranio de Irán.