Opinión
Previsiones turísticas marcadas por la incertidumbre
- Los aranceles son impuestos que, entre otras cosas, disminuirán la renta disponible a viajar
- El Budget Lab de Yale calcula un incremento general de los precios este año del 2,3%, una disminución del PIB en la Unión Europea del 1,5% y una disminución del crecimiento en China del 2,4%
Ignacio Vasallo
Madrid,
Los efectos directos de los aranceles de Trump en el turismo receptivo español son mínimos; los indirectos serán más importantes, pero tardarán en llegar. Entre estos destacan los psicológicos. Hemos terminado el año 2024 y los 4 primeros meses de este 2025 con importantes incrementos tanto en el número de turistas extranjeros como en ingresos superando holgadamente los resultados del 2019, el último año previo a la pandemia. La Semana Santa, a pesar del mal tiempo en ciertas zonas, ha resultado muy positiva. Todo marchaba divinamente hasta que Trump decidió declarar la guerra de los aranceles. Los mercados financieros respondieron inmediatamente de forma llamativamente negativa. Los valores más afectados fueron los tecnológicos o los financieros, pero los relacionados con el turismo, como las aerolíneas, las centrales de reservas o los parques de atracciones, también sufrieron. La recuperación tras el anuncio de la pausa de 90 días evidencia la influencia de la política arancelaria en los mercados.
Los aranceles a fin de cuentas son impuestos que encarecerán los productos, provocaran inflación, debilitaran el dólar y en consecuencia, harán disminuir la renta disponible que es el factor más importante de la propensión a viajar. Da igual que ni los billetes aéreos ni los alojamientos se vean afectados directamente, tendrán en todo caso que asumir consecuencias indirectas. Unas físicas: algunos turistas gastarán menos o tendrán una capacidad de gasto menor si su moneda pierde valor frente a la del posible destino; otras psicológicas: posibles clientes decidirán no viajar o no viajar a ciertos lugares.
Con la información de la que se dispone actualmente, algunas entidades ya han modificado sus previsiones para el conjunto de2025, tanto las macroeconómicas como las relativas al turismo. Skift Research con prestigio en el sector ha limitado el crecimiento mundial del turismo al 2,5% cuando previamente había previsto un impulso de entre el 6 y 9%. En el caso español los hoteleros mantienen el optimismo. El sector y la administración esperan que este año superemos la cifra mágica, e inútil, de los 100 millones de turistas. Para la temporada de verano que empezó el último fin de semana de marzo y terminara la última de octubre, Aena tiene previstos 247 millones de asientos, sumando llegadas y salidas, un ligero incremento sobre el exitoso 2024 y un 6% más sobre los vuelos realmente operados. Para el conjunto del año 2025 Aena prevé 320 millones de pasajeros, con una subida del 3,4% que posiciona a España como primer mercado europeo. También prevé Exceltur un incremento similar gracias al impulso de nuestros clientes europeos.
Nuestros dos principales clientes, Reino Unido y Alemania, se mantienen estables, crecen ligeramente los países escandinavos y con más fuerza China, pero sin llegar a los datos del 2019. Las plazas en los vuelos previstos con EEUU representan algo más de 4%, con una fuerte subida, siguiendo la tendencia de los dos últimos años. El pasado año los norteamericanos superaron los 4 millones de viajes a España, algo más de la mitad en vuelos directos. Su gasto en España fue de unos 6.000 millones de euros, un 6% del total. Esta era la foto. Cuando la volvamos a hacer al final del verano será diferente, pero ¿cómo de diferente?
A pesar de las advertencias del físico nuclear Nels Bohr, de que hacer predicciones es muy difícil, sobre todo si son predicciones de futuro, diversas entidades se han lanzado a hacerlo. El Budget Lab de Yale calcula un incremento general de los precios este año del 2,3%, una disminución del PIB en la Unión Europea del 1,5% y una disminución del crecimiento en China del 2,4%. Incertidumbre, inflación, temor a una recesión, inestabilidad en las bolsas y ataque al globalismo son tremendas amenazas al turismo, pero el sector cree que los efectos no serán ni importantes ni inmediatos. A corto plazo el peligro son los efectos psicológicos. Muchos europeos creen que no son bien recibidos en EEUU y algunos incluso temen el maltrato de los agentes de inmigración, mientras que los americanos no están seguros de ser bien recibidos en Europa. A medio plazo pueden surgir verdaderos problemas si Alemania entra en recesión. Los alemanes son unos clientes mucho más importantes para nosotros que los americanos y además repetidores, mientras que los americanos no lo son.
En el lado positivo, desde el punto de vista turístico, está la fuerte bajada del precio del petróleo hasta precios desconocidos en las últimas décadas. El combustible representa casi un 30% de los costes operativos de las compañías aéreas. Después de Semana Santa ya tenemos una visión más clara de lo que no espera durante el resto del año, pero no esperamos efectos a corto plazo puesto que nuestros clientes europeos tienen ya contratados o reservados sus viajes para el verano. Lo lógico es que el tráfico con EEUU se resienta, pero también es posible que potenciales turistas sobre todo europeos, mexicanos y chinos que no quieren viajar a ese destino escojan España a cambio. No olvidemos que EEUU es el numero 1 mundial en ingresos por turismo internacional, del orden de un 30% superiores a los de España. Cualquier migaja puede significar una buena aportación.