¿Cómo está cambiando la forma en que se compran y financian las pymes en Europa?
- Las nuevas estructuras de financiación están permitiendo que más actores puedan participar en estas operaciones
Gerard García Esteve
Madrid,
En el ecosistema financiero europeo, la financiación de operaciones de Leveraged Buyouts (LBOs), una estrategia de adquisición de una empresa en la que se utiliza un apalancamiento significativo para financiar la compra ha sido tradicionalmente un terreno dominado por grandes transacciones y fondos con un elevado volumen de activos bajo gestión. Sin embargo, en los últimos años, el creciente interés por los LBOs de menor tamaño, particularmente en el segmento de pequeñas y medianas empresas (pymes), ha comenzado a ganar protagonismo en el sector del capital privado.
Esta evolución responde a varios factores. Por un lado, el endurecimiento de las condiciones crediticias por parte de la banca tradicional ha impulsado la diversificación de fuentes de financiación, abriendo espacio para nuevos actores en el mercado. Por otro, la madurez del capital privado en Europa ha generado un mayor apetito por operaciones de menor volumen, que, bien estructuradas, son capaces de ofrecer rentabilidades atractivas con un riesgo controlado.
Los LBOs orientados al sector de las pymes presentan características diferenciales que las hacen especialmente atractivas en el contexto actual. Estas empresas, muy habitualmente sin deuda por las lecciones aprendidas de la crisis, suelen contar con modelos de negocio probados, y tienen una base de clientes estable y nichos de mercado bien definidos, reduciendo así la volatilidad de la inversión. Además, su tamaño y agilidad les permiten adaptarse con rapidez a cambios regulatorios, tecnológicos o de demanda.
El reto histórico ha sido siempre la financiación. Las operaciones de menor tamaño han carecido, hasta ahora, de acceso a estructuras de crédito adecuadas que permitan optimizar el apalancamiento sin comprometer la viabilidad del negocio. Sin embargo, la creciente especialización de los fondos de crédito privados y la aparición de vehículos financieros diseñados específicamente para este segmento están empezando a cerrar esta brecha.
Además, las nuevas estructuras de financiación permiten que la garantía principal sea el propio target, lo que agiliza el proceso en comparación con las garantías bancarias tradicionales. Esta flexibilidad facilita que las operaciones sean más dinámicas y adaptadas a las necesidades de las pymes, reduciendo la complejidad asociada con los avales o garantías de los bancos.
Las cifras respaldan esta tendencia. Según datos de la European Private Equity & Venture Capital Association (Invest Europe), las transacciones en el segmento lower mid-market han aumentado de manera sostenida en los últimos años, con un creciente interés por parte de inversores institucionales y family offices que buscan diversificar sus carteras. De hecho, el volumen de financiación alternativa a pymes en Europa superó los 200.000 millones de euros en 2024, reflejando un mercado en plena expansión.
El atractivo de estas operaciones radica en su capacidad para generar valor mediante estrategias de crecimiento inorgánico, optimización operativa o expansión geográfica. A diferencia de los grandes LBOs, donde la creación de valor suele depender en gran medida de sinergias o recortes de costes, en las pymes la clave está en el desarrollo del negocio, la profesionalización de la gestión y la apertura a nuevos mercados.
Uno de los catalizadores de esta nueva ola de pequeños LBOs es el papel creciente de la deuda privada. Los fondos de crédito especializados están supliendo la falta de financiación bancaria, estructurando operaciones con una mayor flexibilidad y alineación de intereses con los adquirentes. Esta tendencia es especialmente relevante en Europa, donde el mercado de deuda privada aún tiene margen de crecimiento en comparación con Estados Unidos.
Además, las nuevas estructuras de financiación están permitiendo que más actores puedan participar en estas operaciones, desde emprendedores con experiencia sectorial hasta managers con capacidad para liderar un MBO (Management Buyout), un tipo de adquisición en la que el equipo directivo de una empresa compra la mayoría o la totalidad de la compañía, generalmente con financiación externa. En este sentido, la democratización del acceso al capital está favoreciendo la consolidación de negocios y el relevo generacional en muchas pymes.
A medida que los inversores buscan oportunidades en un entorno de tipos de interés elevados y volatilidad macroeconómica, los pequeños LBOs se perfilan como una alternativa atractiva. Ofrecen un equilibrio entre riesgo y retorno, permiten una diversificación efectiva y están alineados con la tendencia estructural de mayor flexibilidad en la financiación de operaciones corporativas.
Si Europa quiere consolidar un tejido empresarial sólido y competitivo, es fundamental que las políticas públicas y los reguladores reconozcan la importancia de este segmento y faciliten su desarrollo. La financiación de pequeñas operaciones impulsa la inversión y fortalece el ecosistema emprendedor, lo que a su vez fomenta el crecimiento de empresas estratégicas y contribuye a la estabilidad económica a largo plazo.
El mercado está evolucionando y, con él, la manera en que se financian y estructuran las adquisiciones. Los inversores capaces de interpretar esta tendencia y adaptarse a las nuevas dinámicas serán los que capitalicen mejor estas oportunidades que ofrece el mercado.