Opinión

¿Qué pasa con los impuestos?

Foto: iStock

Fernando J. Santiago Ollero Presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España

Que alguien nos explique qué está ocurriendo en materia tributaria. Necesitamos una mínima seguridad jurídica, algo de certidumbre, para no deambular por un limbo normativo sin saber qué hacer. Cada vez estamos más habituados a comenzar el ejercicio sin una Ley de Presupuestos Generales del Estado, recurriendo a la prórroga de los del año anterior y a una serie de normas publicadas a lo largo del año que, en ocasiones, modifican profundamente las previsiones que ciudadanos, empresas y profesionales habíamos hecho al terminar las uvas de Nochevieja.

Este año, además, varias Comunidades Autónomas tampoco han aprobado su Ley de Presupuestos ni sus leyes de Medidas Fiscales y Administrativas, en buena medida por la Ley d'Hont y la ausencia de mayorías sólidas –o, al menos, suficientes– en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, el contribuyente no tiene la culpa de estas circunstancias y no debería pagar las consecuencias.

El "troceo" del fenecido RDL 9/2024 ha dejado fuera de la "lonja del pescado fresco" –y de sus conocidas subastas– las medidas tributarias. Hemos visto cómo ya han salido "trozos" relativos a pensiones y al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), con sus propios vaivenes, y sabemos que el derogado RDL 10/2024, de 23 de diciembre, referido al gravamen temporal energético durante 2025, ya no se "pesca" en esos caladeros. Queda por ver qué pasará con varias medidas urgentes –muy urgentes y necesarias, según justifican los Reales Decretos-ley– incluidas en aquel "Decreto Ómnibus" que permanecen en el aire, así como con otras iniciativas anunciadas a bombo y platillo que tampoco terminan de arrancar.

Un amigo escribió un día sobre el "estrés fiscal" que afecta a la ciudadanía, y no le falta razón: los cambios legislativos continuos y profundos nos hacen vivir sin vivir en nosotros. Y ahora, a esa inestabilidad, añadimos el desconocimiento de qué y cuándo sucederá, por ejemplo, en este año 2025.

Veamos un breve repaso de las cuestiones importantes, urgentes y pendientes que no han sido abordadas en los últimos Consejos de ministros:

1. Límites cuantitativos en el IRPF para la Estimación Objetiva y en el Régimen Especial Simplificado del IVA ¿Se prorrogan los de 2024 o no? Estamos ya mediado marzo, casi finalizando el primer trimestre, y no hay ni una nota tranquilizadora ni un mensaje oficial.

2. Plazo para presentar renuncias o revocaciones. Nos referimos tanto al método de Estimación Objetiva del IRPF como a los regímenes especiales Simplificado y de Agricultura, Ganadería y Pesca del IVA. A poco más de un mes para que termine el primer trimestre, ni los contribuyentes afectados ni sus asesores sabemos qué hacer. ¿Deben facturar? ¿Deben llevar libros registro o no?

3. Reglamento de Facturación Electrónica Obligatoria (FEO). La página web del Ministerio de Economía no ofrece rastro cercano a este asunto, y sigue siendo incierto su estado.

4. Reglamento Veri*factu, relativo a los programas electrónicos de facturación. ¿Cuándo será realmente exigible? ¿Se modificará el Real Decreto que lo regula para posponer su entrada en vigor a 2026? Desde noviembre de 2025 (fecha en que supimos del proyecto de reforma) no hay novedades.

5. Prórroga de la deducción por obras de mejora de la eficiencia energética de viviendas. ¿Seguirá vigente en 2025? Ni contribuyentes ni empresas interesadas saben qué hacer ahora mismo.

6. Deducción por la adquisición de vehículos eléctricos enchufables y de pila de combustible y puntos de recarga. ¿Habrá prórroga durante 2025?

7. Libertad de amortización para empresas y autónomos. Si adquieren vehículos eléctricos o instalan puntos de recarga en 2025, ¿podrán aplicar esa ventaja? Incluye también a quienes estén en Estimación Objetiva.

8. Aumento de 1.500 a 2.500 euros de la cuantía de los segundos y restantes pagadores. ¿Se elevará para el IRPF, de modo que el límite de ingresos en 22.000 euros sea aplicable?

9. Régimen de Franquicia para sustituir el Recargo de Equivalencia en el IVA ¿Se va a implantar finalmente? ¿Habrá modificaciones en el Régimen Simplificado del IVA o en la Estimación Objetiva? No es que estemos ante una vacatio legis, sino, más bien, ante una absentia legis.

Una penúltima reflexión

¿Qué está ocurriendo para que se obligue a presentar la declaración de la renta a perceptores de rentas del trabajo casi "mileuristas" –o a soportar retenciones, como sucede con el SMI–, a beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital y a los miembros de su unidad de convivencia, a cotizantes del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (por el mero hecho de serlo) –incluso "autónomos colaboradores"–?

La última reflexión

¿Por qué no se deflactan las escalas de gravamen, al menos en la cuantía de la inflación? ¿Por qué no se actualizan los mínimos personales, familiares y por discapacidad o las reducciones por tributación conjunta desde hace ya diez años? ¿Por qué no se actualiza la cuantía que determina la dependencia económica (8.000 euros netos) para aplicar los mínimos familiares y por discapacidad o las deducciones por familia numerosa o discapacidad? No parece un tema complejo de resolver: es, precisamente, lo que se ha hecho al modificar el SMI.

En definitiva, cabe preguntarse si realmente se nos está ofreciendo la certidumbre y justicia fiscal que tanto necesitamos. Mientras tanto, seguimos navegando entre nuevas normas, silencios y la espera de que alguien nos clarifique, por fin, qué pasa con nuestras obligaciones tributarias.