Los salarios suben, sí, pero no compensan la inflación
Ernesto Poveda
Barcelona,
El mando intermedio es el nivel de persona trabajadora que más poder adquisitivo pierde en el año 2024. Esa es la principal conclusión a la que hemos llegado tras la realización de la decimoctava edición del estudio Evolución salarial, que integra valores desde el año 2007 hasta el 2024. Este informe analiza más de 80.000 datos salariales para entender cómo han evolucionado las retribuciones medias de directivos, mandos intermedios y empleados y su relación con el coste de vida, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), los diferentes sectores de actividad y la dimensión de las empresas.
En el año 2024, el salario medio de los directivos fue de 88.832€, es decir, 485€/anuales más que el año anterior, cuando esa cifra se situaba en 88.347€ (un +0,57% en términos relativos). Por su parte, los empleados tuvieron un salario medio de 27.087€, lo que supone un incremento de 681€/anuales respecto al año 2023, cuando el salario medio era de 26.406€ (un +2,81%),. El único grupo de trabajadores que pierde poder adquisitivo respecto al año 2023 es el de los mandos intermedios. De media, el salario en 2024 fue de 42.717€, una bajada de 345€/anuales (-0,77%), respecto del salario medio de 2023, que se situó en 43.062€.
En este sentido, la mayor mejora salarial se ha dado en los empleados por el efecto directo del incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), incrementos en los convenios indexados a IPC, la tecnificación de puestos de trabajo y las dificultades del mercado en determinados sectores y profesiones.
Uno de los principales problemas que nos encontramos en la actualidad es que la inflación, según los datos acumulados del Instituto Nacional de Estadística (INE), ha crecido un +39,70% desde el año 2007. En este mismo periodo de tiempo (2007-2024), el poder adquisitivo de los empleados aumentó de forma acumulada un +38,28%, el de los puestos directivos un +29,29% y el de los mandos intermedios un +22,47%. Por tanto, vemos como existe una pérdida acumulada de poder adquisitivo desde 2007, que se ha agravado por los recientes picos inflacionarios que hemos sufrido y las sucesivas crisis vividas.
No podemos obviar que los salarios, en todas las posiciones analizadas, han aumentado en los últimos años, pero que no son suficientes para superar a la inflación. La economía española está muy centrada en el sector servicios, que representa el 68% del PIB total, mientras que otros sectores como la industria (16% del total del PIB), la construcción (6%) o el sector primario (3%) tienen un impacto más reducido. Esto se traduce, principalmente, en un crecimiento global del PIB del país, pero no está ayudando a impulsar el PIB per cápita.
Más allá de los salarios, el mercado laboral se encuentra en un proceso de cambios. La coyuntura económica actual, unida a los desarrollos tecnológicos, especialmente la Inteligencia Artificial, están impactando directamente en el mercado y en las empresas. Es fundamental que las organizaciones se adapten a estos nuevos entornos para poder crecer, lo que implica, necesariamente, adquirir nuevas habilidades y competencias.
En los últimos años se han incrementado los salarios, pero la realidad es que las empresas no pueden aumentar los salarios de forma lineal o por decretos. La mejora de la retribución se debe dar a través del crecimiento de la productividad, ya que solo de esta manera nos aseguramos de que las empresas no pierdan competitividad empresarial. Por ello, es importante que se desarrollen modelos de compensación flexibles, orientados a objetivos y que sirvan para paliar la alta rotación y el elevado absentismo laboral.
Entendemos por modelos de retribución flexible aquellos que disponen de diferentes componentes. En particular, podemos hablar de componentes variables, que viene a referirse a aquello que aporta la persona (rendimiento), componentes extrasalariales, como las ayudas al transporte o los tickets restaurantes, y componentes cualitativos/emocionales, es decir, cursos de formación o bien prácticas de conciliación familiar, entre otras. De esta manera, las empresas pagarían salarios acorde a la productividad de las personas trabajadoras de cada categoría.
Si entramos a valorar la evolución salarial en los diferentes sectores, encontramos que el sector bancario y el industrial son los que más han crecido. Concretamente, la banca ha incrementado sus salarios, del 2023 al 2024, un +0,76% en los puestos directivos, un +6,10% en los mandos intermedios y un +2,90% en los empleados. De hecho, el sector de la banca es el único de los sectores que tiene los salarios por encima de la media nacional en cada una de las categorías mencionadas.
Por otro lado, observando las oscilaciones salariales que se han producido en todas las categorías laborales, podemos afirmar que solo los empleados han visto incrementado su sueldo en todos y cada uno de los sectores de actividad (banca y seguros, construcción, industria, comercio y turismo, servicios y transporte).
En relación con las comunidades autónomas, Madrid destaca como la CCAA que mejor retribuye a los puestos directivos, los mandos intermedios y los empleados, seguida de Cataluña en todas las categorías. Pese a esto, Andalucía ha sido la CCAA que más ha aumentado interanualmente (2023-2024) el salario de los puestos directivos (+2,80%), el País Vasco a los mandos intermedios (+2,90%) y Castilla y León a los empleados (+6,17%).
Con todos los datos que he expuesto en este artículo, me gustaría terminar matizando que para recuperar el poder adquisitivo que las personas trabajadoras, de cualquier categoría, han ido perdiendo con el pasar de los años, hay que tener claras las siguientes cuestiones. En primer lugar, controlar la inflación. Es básico poder mantener la subida de los precios para así evitar que las personas sigan perdiendo poder adquisitivo. Posteriormente, es necesario aumentar la productividad de las empresas para poder pagar unos salarios más altos. Y, finalmente, es muy importante rediseñar las políticas de compensación total, de tal manera que se liguen los salarios a la productividad, se desarrollen compensaciones no económicas y se aborden las causas del absentismo laboral.