Opinión

El trampantojo de un mercado laboral sin pulso

  • La realidad es que en España no se crea empleo, se reparte el escaso que aún existe
  • La contratación indefinida que representa sólo el 36,95% del total de los contratos

José María Triper

Tengo serias dudas razonables de que por no ser un populista de la reducción de la jornada laboral, como el ministro Cuerpo, eso suponga ser "casi mala persona" como se le antoja a la ministra de Trabajo. Pero de lo que sí estoy seguro es que falsear la realidad del mercado laboral, cocinar las cifras de parados y trabajar en contra de la productividad y de la creación de puestos de trabajo es propio de políticos incompetentes y de pésimos gestores, además de personas no muy recomendables.

Me explico. Define la Real Academia el vocablo trampantojo como "trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es". Descripción esta que se transforma en objetiva realidad al analizar los datos oficiales del paro registrado al cierre del pasado año que si bien muestran un descenso 146.738 personas en el número de desempleados, el 5,42%, si lo computamos en términos desestacionalizados este descenso es de sólo 9.166 personas, mientras que la variación mensual del número de parados en diciembre, 27.375, es el peor dato desde 2013 con la excepción de 2020, el año de la pandemia, confirmando que hay una ralentización en la caída del desempleo por enfriamiento y pérdida de dinamismo de la economía y del mercado laboral.

Eso, además que el número real de trabajadores parados o desocupados en España excede en casi un millón y medio a los 2.560.718 que reconoce el ministerio de Yolanda Díaz. Porque a esa cifra hay que sumar otros 350.301 con disposición limitada, 19.220 afectados por los ERTES, unos 750.000 fijos discontinuos inactivos, y otros 184. 462 bajo el epígrafe de "otros no ocupados". Todos ellos parados que los datos oficiales no computan y que, como resalta el último informe del Gabinete de Estudios de USO, hacen que el total de personas registradas en el Servicio Público de Empleo (SEPE) y que no están ocupadas se situaría en el entorno de los 3,9 millones. Y con el agravante de que, incluso contando sólo los desempleados que admite el SEPE, seguimos siendo líderes del paro de la UE, duplicando la tasa media de los Veintisiete.

Y si del desempleo pasamos a la contratación vemos en diciembre totaliza 1.182.706 contratos, mientras que los acumulados en los doce meses de 2024 se elevan a 15.420.104, lo que supone 24.101 contratos menos, el 0,16%, que un año antes. Con el añadido de que se frena la contratación indefinida que representa sólo el 36,95% del total de los contratos, con un descenso de 138.991 contratos, el 2,10%, con respecto a 2023 y la constatación que se han realizado más contratos indefinidos que personas los han suscrito. En concreto 35.673 trabajadores han formalizado más de un contrato indefinido.

Circunstancias que llevan a los responsables del Gabinete de Estudios de USO a preguntarse ¿cómo es posible que realizándose más de un 1,1 millones de contratos en diciembre el paro sólo disminuya en poco más de 27.000 personas? Y ¿cuánto duran esos contratos indefinidos? Para concluir que "tenemos contratos cerilla que se consumen en muy poco tiempo".

Son contratos que están impulsando el pluriempleo, porque la auténtica realidad de nuestro mercado laboral es que en España no se crea empleo, se reparte el escaso empleo existente. Y como muestra un botón que, además, cuelga del uniforme del Gobierno: cerca de 900.000 personas compaginan dos o más trabajos en este país, y de ellas, 95.000 desempeñan hasta tres empleos simultáneamente. O lo que es lo mismo, que con el tándem Sánchez&Yoli Producciones tener un contrato indefinido está dejando de tener un empleo estable y poder llegar a fin de mes.

PD. Y en este contexto no sorprende, pero si es altamente sospechoso, que mientras Sánchez y su gobierno se empecinan en resucitar a Franco, algo que ya empieza a oler a necrofilia, callan como Judas ante la usurpación, los crímenes y la violación de los derechos humanos de la dictadura de Maduro en Venezuela. ¿Se podría catalogar esto como ser también "casi mala persona"? ¿O sin el casi?