Opinión

¿Es posible detener la sangría de autónomos del sector comercio en Andalucía?

  • Rafael Amor, presidente de ATA-Andalucía

Rafael Amor

El comercio no es únicamente un motor económico de Andalucía y España, sino también un pilar fundamental de nuestra identidad y forma de vida. Sin embargo, los datos no mienten: cada día más autónomos abandonan estos sectores, asfixiados por una tormenta perfecta de burocracia, costes crecientes, competencia desleal y cambios en los hábitos de consumo.

Lo vemos mes tras mes. La tendencia es clara y el sector está… ¿en declive? En lo que va de año, se han perdido más de 1.200 autónomos del sector del comercio solo en Andalucía, pero esta pérdida ha sido todavía más acusada en el resto de España, donde la caída ha ascendido a 8.602 autónomos. Aunque no es un proceso nuevo. Llevamos años sin encontrar la tecla que solucione la espectacular caída de autónomos del comercio en todo el país.

Esta preocupante pérdida de autónomos de este sector, tan clave e importante para la economía andaluza se debe sobre todo a la presión fiscal a la que deben hacer frente, a los elevados costes laborales, a las trabas burocráticas, pero también a las nuevas tendencias de compra y hábitos de consumo. Y de nuevo es el eslabón más pequeño de la cadena productiva, el trabajador autónomo, el que ve como estas barreras dificultan la sostenibilidad de sus negocios.

Menos cargas

Es por ello que consideramos imprescindible que se pongan en marcha medidas urgentes para reducir cargas fiscales y laborales, incentivar el consumo en negocios de proximidad y simplificar los trámites administrativos para facilitar la actividad de los autónomos y pequeños empresarios de este sector.

No podemos permitirnos seguir viendo cómo se cierran negocios familiares, se pierden empleos y se desmigaja el tejido empresarial que da vida a nuestros barrios, ciudades o pueblos.

Formación

Para ATA Andalucía, es urgente que las administraciones públicas y la sociedad actúen para frenar esta sangría. Necesitamos más políticas públicas a todos los niveles que incentiven el emprendimiento, pero también que apoyen a los autónomos ya consolidados, así como políticas que faciliten la digitalización y que protejan al comercio local, sin dejar de lado también la importancia de vivir constantemente formados.

Y formación. Debemos formarles. Aprender nuevas oportunidades basadas en las nuevas formas de consumo, aprovechar la tendencia a la segunda mano, al reciclaje, a la búsqueda de la calidad y la cercanía. La digitalización y las redes sociales no deben ser una traba más. Es una ventana a un público mucho más amplio.

Revertir esta tendencia no es solo posible, sino que es imprescindible. Está en nuestras manos construir un futuro donde el comercio no solo sobreviva, sino que prospere, aporte riqueza, empleo y cohesión social a nuestra región. Si actuamos ahora, juntos podemos cambiar este declive y garantizar un futuro próspero para este sector que junto a otros tan importantes como la hostelería o el turismo, forman parte de la columna vertebral de Andalucía.

Trabajar en esta línea y hacer frente a esta sangría es una tarea urgente y una oportunidad para redefinir nuestro modelo económico hacia uno más inclusivo y sostenible.