La importancia de la calidad de los datos y su trazabilidad para las estrategias en Sostenibilidad
Pablo Aragoneses, director del área Risk Advisory Services de BDO
Madrid,
La Directiva sobre información corporativa en materia de Sostenibilidad (conocida como "CSRD", por sus siglas en inglés) plantea numerosos retos para las organizaciones europeas. No es ninguna revelación destacar el incremento de datos de carácter cuantitativo y cualitativo que la Directiva requiere de las organizaciones sujetas, descritas en detalle en los estándares de reporte conocidos como ESRS ("European Sustainability Reporting Standards").
Sin embargo, el reporte de información solo es 'el final de camino', los retos comienzan con la necesidad de adoptar decisiones corporativas a nivel estratégico, operativo, financiero y tecnológico, para abordar los impactos, riesgos y oportunidades (denominados "IROs", por sus siglas en inglés) a las que las organizaciones se enfrentan y que deben identificarse, evaluarse y priorizarse a través de los denominados análisis de doble materialidad.
Derivado de los IROs los órganos de gobierno deberán tomar decisiones para su gestión, estableciendo planes de acción específicos asociados a objetivos, implantar y monitorizar KPIs, etc. Y para ello, van a requerir información de diferentes fuentes y áreas de la organización que permitan que la toma de decisiones se sustente sobre datos íntegros, completos y trazables.
Por todo ello, parece razonable pensar que uno de los mayores retos, que subyace de manera transversal a cualquier organización en materia de Sostenibilidad, es la definición de mecanismos internos de obtención, tratamiento y reporte de información que garanticen su trazabilidad y calidad.
¿Qué acciones podemos realizar desde la organización para mejorar la trazabilidad y calidad de la información?
En primer lugar, es clave disponer de bases de datos fiables, lo cual parece obvio, pero es difícil de llevar a la práctica en todos los ámbitos de información necesarios. En general, las organizaciones están acostumbradas a reportar internamente información predominantemente de carácter financiero y comercial, siendo el origen del dato ERPs, o herramientas de tratamiento de datos, áreas de Business Intelligence, etc., que generalmente garantizan un nivel de fiabilidad alto.
Pero ahora hablamos de información que puede ser muy diversa como, por ejemplo, datos de consumos energéticos, emisiones de CO2, riesgos climáticos, etc. Es decir, se trata de información que puede provenir de diferentes áreas, generalmente menos acostumbradas a reportar información cuantitativa tan específica, y que debe servir de base para la toma de decisiones estratégicas.
Por ello, las organizaciones deben identificar cuáles van a ser las fuentes de información de donde van a manar los datos que desde los órganos de gobierno van a requerir en la toma de decisiones asociadas al ámbito de Sostenibilidad, y evaluar el confort en términos de integridad y fiabilidad que generan dichas fuentes. A partir de ahí, se podrán identificar posibles acciones de mejora antes de comenzar con el tratamiento y reporte de información (interno, y posteriormente externo).
También parece razonable la necesidad de incrementar los recursos dedicados, y capacitados, para la obtención, tratamiento y reporte de información sobre Sostenibilidad. Como mencionaba anteriormente, los datos que van a requerir desde los órganos de decisión van a ser muy variados y van a involucrar a diferentes áreas de la organización. Por ello, personal que coordine, centralice y actúe como hilo conductor puede ser una medida eficaz para priorizar los datos a reportar (sin abrumar) a los órganos de decisión, e incrementar la trazabilidad y homogeneidad de los mismos. No olvidemos, en este caso, que los recursos deberán entender los objetivos asociados a este rol, tener conocimiento en la materia y de la normativa aplicable, y en su defecto, contar con colaboración externa especializada que favorezca el crecimiento progresivo del know-how y experiencia internos en materia de Sostenibilidad.
Otro aspecto fundamental para favorecer la trazabilidad e integridad de la información es la utilización de canales o herramientas que reduzcan el número de intervinientes a lo largo de la cadena de reporte. Cuántas menos manos intervengan en el proceso de obtención, tratamiento y reporte de información, menor será la probabilidad de errores manuales que muchas veces son difíciles de identificar, y que generan esfuerzos posteriores de revisión y corrección, o peor aún, a la toma de decisiones basadas en información incompleta o errónea.
En este sentido, la definición de indicadores automatizados a través de soluciones tecnológicas, entre las que puede encontrarse incluso herramientas de inteligencia artificial, facilitan mucho la labor de obtención y consolidación de información. Eso sí, es fundamental que la parametrización de dichos indicadores sea correcta, y esté alineada con los objetivos o expectativas de los órganos de decisión (se busca información de calidad, y no de relleno).
Por último, no olvidemos que áreas como Control Interno y, por supuesto, Auditoría Interna, pueden jugar un rol clave para garantizar que el flujo de reporte interno, desde la fuente hasta el dato reportado a los órganos de decisión, sea íntegro, trazable y fiable.
Para ello, es cada vez más frecuente la implementación de Sistemas de Control Interno de Información No Financiera, donde se analizan posibles riesgos asociados al reporte de datos e indicadores considerados relevantes para la organización; así como la inclusión en los Planes de Auditoría de actuaciones focalizadas en revisar la trazabilidad e integridad de dichos indicadores (con anterioridad a posibles revisiones o certificaciones externas), siendo sin duda un rol clave para detectar posibles mejoras en la cadena de reporting y mejorar el entorno de control asociado.