ChatGPT y otras IA generativas, ¿riesgo u oportunidad para las empresas?
- Isabel Hormigo, responsable del sector TIC en CTA (Corporación Tecnológica de Andalucía)
elEconomista.es
ChatGPT4 llegó a nuestras vidas hace sólo 8 meses, en noviembre de 2022, pero se ha extendido como ninguna otra aplicación o red social, llegando en sólo 5 días al millón de usuarios activos, cifra a la que otras aplicaciones como Spotify o Instagram les costó algunos meses llegar… Aunque está limitada y desactualizada (lanzada por openAI, fue entrenada con datos hasta noviembre de 2021) su facilidad de uso, su gratuidad y su potencial para generación de textos de casi cualquier área temática es tan grande, que muchas son las fuentes que han equiparado sus ventajas a las amenazas que entraña.
ChatGPT4 es sólo una de las IA generativas de tipo chatbot que existen actualmente, aunque quizás la más conocida. Bard de Google o Bing, por poner un par de ejemplos, son también bastante potentes y también de ámbito generalista. Este tipo de chatbots permiten interacción con texto en lenguaje natural y los textos resultantes son francamente sorprendentes y acertados. Aunque ¡ojo!, la precisión no es 100% ya que al final, estos algoritmos han sido entrenados con fuentes de datos indexadas desde internet (usando aprendizaje automático profundo o Deep learning sin supervisión) y todos sabemos que en internet hay mucha información si verificar ni supervisar.
Existen otro tipo de IA generativas audiovisuales como Runway, Pictory o Descript, que generan vídeos o imágenes increíblemente realistas para el ojo humano. De estas IAs generativas se habla menos si bien el perjuicio puede ser enorme. Ya hemos sido testigos de los llamados DeepFakes que tardan a veces días en desmentirse, debido en parte a una sociedad acostumbrada a creer impulsivamente todo lo que le llega de cualquier fuente digital y compartirlo sin plantearse su veracidad.
Otras IA
Afortunadamente, también existen otras IA generativas exclusivamente orientadas a mejorar productividad y eficacia empresarial. Por ejemplo, las IA de generación de código (como Co-Pilotx, CodeWisperer o ASkCodi) o aquellas orientadas a automatizar procesos y planes de producción (NotionAI, Taskade o MeetGeek). En general, la mayoria de ellas son herramientas muy potentes que las empresas, no sólo las tecnológicas deberían tener en cuenta ya que su fin es ayudar a los empleados, haciendo su trabajo mucho más eficiente. Encontramos también por ejemplo IA generativas de creación automatizada de sitios web (10web, Durable, Imagica), o de presentaciones y contenidos digitales como Tome ,Gamma, Synthesia u OpusClip.
Las empresas deberían analizar todo este universo de IA a su alcance para valorar su uso y los posibles riesgos y cómo mitigarlos. Este tipo de análisis no debe quedarse sólo a nivel de equipos de IT o tecnología, sino que debe ser trasladado hacia dirección, dándole la importancia que estratégicamente pueda tener.
Preocupación
Existe una razonable preocupación en el sector empresarial y también en la sociedad en general por su gran impacto y su potencial de soportar tareas que actualmente son desarrolladas por equipos humanos. ¿Deberíamos poner freno este tipo de avances por los riesgos que entrañan o debemos, por el contrario, desarrollar un entorno adecuado para aprovecharlas al máximo?
Como en todas las épocas, algunos avances científicos y tecnológicos tienen riesgos inherentes que deben ser analizados, acotados y mitigados, como ha sucedido con el desarrollo de la industria armamentística, o la biotecnológica, por poner algunos ejemplos. Se hace sumamente necesario un marco regulatorio y legal para combatir los riesgos de una tecnología tan potente.
En Europa, somos pioneros y ya existe, desde 2021 un reglamento europeo en materia de IA con una hoja de ruta, que se convertirá en Ley en 2024-2025. El enfoque de este reglamento está basado en niveles de riesgos de los sistemas que usen IA (riesgo bajo, medio y alto) según hagan uso de datos biométricos de personas o tengan fines perniciosos (segregación, discriminación o diferenciación). España, junto con Finlandia están empujando fuertemente para que este reglamento sea una realidad en 2024, aunque como viene siendo habitual la regulación va más lenta que el desarrollo de la propia tecnología. La futura ley tendrá un enfoque delimitador y sancionador que seguro que genera seguridad y confianza. A la etapa regulatoria, debería seguirle rápidamente el desarrollo de un marco jurídico y legal, que facilite un desarrollo útil y seguro de esta nueva tecnología disruptiva.
Como expertos en tecnología e innovación, desde CTA recomendamos a las empresas que no tarden en analizar las oportunidades que plantean para su negocio las IA generativas, con el fin de posicionarse en esta difícilmente frenable Era de la IA.