Pacto salarial sin productividad
- El alza de las nóminas no tiene en cuenta las horas trabajadas
elEconomista.es
Madrid,
El acuerdo salarial que ayer sellaron los agentes sociales tiene aspectos positivos, como que los empresarios y los sindicatos hayan alcanzado un pacto sin interferencias del Gobierno que garantiza la paz social en los próximos años. También es bienvenido que se hayan firmado unas alzas salariales razonables (4% en 2023 y 3% para 2024 y 2025) que palían en parte la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Y, por último, también debe celebrarse el coto al absentismo al permitir que sean las Mutuas las que gestionen las bajas.
Ahora bien, el acuerdo presenta importantes carencias en dos aspectos fundamentales. Uno de ellos es que las alzas salariales no tendrán en cuenta cláusulas de productividad por la negativa de los sindicatos a incluirlas. Una variable que desciende desde la crisis financiera de 2008 hasta el punto de triplicar la propia de la eurozona desde el periodo previo a la pandemia hasta el pasado año. El mal desempeño de la economía española se debe a aspectos propios de la economía que impulsa la proliferación de empleos de bajo valor añadido. Pero también por el alza del empleo público y el alza de impuestos al trabajo que impide a las empresas competir por los trabajadores más talentosos y, por ello, los más productivos.
La otra carencia inexplicable reside en que las alzas salariales tampoco tienen en cuenta las horas trabajadas, pese a que se trata de uno de los aspectos del mercado laboral que, pese al mayor empleo, aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia. Es por ello un grave error que la patronal haya aceptado unos incrementos en las nóminas que obvian dos variables que sí aparecían en el anterior acuerdo de 2018 y que son fundamentales para la competitividad de las empresas.