Opinión

La concienciación energética, la gran aliada de la eficiencia

  • Debemos seguir avanzando en el impulso del Objetivo de Desarrollo Sostenible
  • Es imprescindible hacer una gestión inteligente de los recursos naturales

Josep Alfonso Caro

Cerca de medio siglo ha pasado desde que se empezó a hablar del concepto de eficiencia energética como consecuencia del estallido de la crisis del petróleo de los años 70. Fue entonces cuando todas las potencias mundiales comenzaron a reducir su dependencia del crudo a favor de otras fuentes de energías más limpias, una situación que se repite hoy tras el estallido del conflicto en Ucrania y que ha provocado una crisis energética mundial sin precedentes.

Así, la guerra llevó a la Declaración de Versalles del pasado mayo de 2022, por la que los 27 Estados miembros de la Unión Europea acordaron eliminar gradualmente la dependencia de los combustibles fósiles rusos. Sin embargo, y aunque la compleja situación geopolítica ha acelerado los compromisos para la transición y la descarbonización, la creciente factura energética debe ser una motivación complementaria a la emergencia climática y a la urgencia de acelerar el cambio de modelo.

El efecto de la generación de energía en la naturaleza es una de las principales preocupaciones de los gobiernos, pero es responsabilidad de todos, pública y privada, la búsqueda de alternativas más respetuosas, como las energías renovables, de manera que podamos lograr una mayor eficiencia en su producción, conservación y consumo, así como abordar la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

España a la cabeza de Europa en energías verdes

En esta senda, debemos seguir diversificando las fuentes y las rutas de abastecimiento energético y acelerar el desarrollo de las energías renovables, un sector en el que España goza de una posición privilegiada frente a nuestros vecinos. En nuestro país disfrutamos de cerca de 300 días de sol al año, el equivalente a 2.500 horas soleadas, que nos sitúan en un lugar preferencial para obtener energía mediante la instalación fotovoltaica. Cabe destacar en este punto que el autoconsumo eléctrico podría llegar a ahorrar hasta el 50% de la factura de los hogares con un impacto residual en el medio ambiente.

Sobre las energías renovables, mención especial merece la eólica, tras batir récords de generación en 2022, consolidándose así, como la primera tecnología renovable en del sistema eléctrico, según la Asociación Empresarial Eólica. Y las cifras optimistas van más allá, con un ahorro de 2.000 millones de euros en el precio de la luz, una aportación al PIB del 0,49% y 32.000 empleos.

Son muchos los retos, como el de expandir el uso de la energía renovable más allá del sector eléctrico, pero también las oportunidades. Un ejemplo de ello es el reciente anuncio por parte del Gobierno del Plan de Ordenación del Espacio Marítimo, destinado a organizar los usos y actividades económicas del millón de kilómetros cuadrados de mar de España, y de los que se ha reservado 4.948 para el desarrollo de energía eólica marina por su potencialidad en la generación eléctrica y en la lucha contra el cambio climático.

Conscientes de los desafíos y los horizontes, debemos seguir avanzando individual y colectivamente en la consecución del ODS 7, referido al acceso a una energía asequible y no contaminante, que con el objetivo de que para 2030 podamos garantizar el acceso universal a unos servicios energéticos, fiables y modernos, aumentar la proporción de energía renovable en el mix de generación y duplicar la tasa mundial de la eficiencia energética. Sin embargo, para que estos ambiciosos objetivos no se queden en palabras vacías, es necesario previamente facilitar el acceso a la investigación y la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias y seguras.

Cada acción que suponga el aumento de consumo de energía debería conllevar la reflexión de que los recursos del planeta son finitos y que, por tanto, debemos hacer una gestión inteligente de los mismos. Según la organización Global Footprint Network actualmente necesitamos el equivalente a 1,6 planetas para satisfacer los recursos naturales que utilizamos cada año, pero si seguimos a este ritmo, en 2030 necesitaríamos dos veces nuestra Tierra y casi tres en 2050 para saciar las demandas. La eficiencia energética, que además tiene un beneficio directo en la persona como consumidor, es una de las claves para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y reducir el impacto ambiental. La salud del planeta nos lo exige.

* Josep Alfonso Caro es director general de Fundación AXA