Opinión

La decisión de Ferrovial


    Miguel Ángel Bernal

    L a semana pasada se anunció que Ferrovial, la empresa de ingeniería española, iba a llevar a su junta general de accionistas el traslado de su domicilio social. Esta empresa, de momento, con sede en España tiene previsto trasladarse a los Países Bajos –Holanda-, si así lo aprueba su accionariado. Este anuncio ha provocado un inusitado ataque a una compañía por parte de nuestro gobierno, una vez más se pone en el punto de mira al mundo empresarial y especialmente a los empresarios, lo cual desgraciadamente ya no es una novedad. Recordemos las críticas a empresarios tan destacados como Amancio Ortega y Juan Roig, ahora es el Sr. del Pino, ¿quién será el siguiente?

    Ferrovial está en pleno derecho de llevar su sede a otro país, la decisión tomada por la empresa me parece totalmente correcta y absolutamente legal. Las empresas privadas deben velar por la rentabilidad a sus accionistas, no por cuestiones políticas, de fronteras o de nacionalidades. Probablemente este traslado no se produciría si España fuera una país mucho más amigable con las empresas, los empresarios y los accionistas.

    Ferrovial es una compañía de marcado carácter internacional, es una empresa potente en su sector y de reconocido prestigio. La actividad de la misma se ha ido internacionalizando y su cuenta de resultados por la actividad en España comenzó desde hace tiempo a ser residual, Estados Unidos es su principal mercado y el que más aporta a sus beneficios. Por otra parte sus accionistas, los dueños de la empresa no lo olvidemos, también es internacional; son precisamente los fondos de inversión y de pensiones internacionales sus principales accionistas, la cuota del accionariado de nacionalidad española es cada vez más reducida.

    En primer lugar el traslado del domicilio social a Países Bajos abre la puerta a la empresa a cotizar en aquel país, concretamente en la bolsa de Amsterdam. Este mercado de capitales es propiedad de Euronext, una empresa que abarca una gran cantidad de mercados de renta variable y que es propiedad de la bolsa de Nueva York – NYSE, por su acrónimo anglosajón-. Al cotizar en Holanda le da acceso a la cotización directa en EE UU, lo que significa un enorme paso adelante en cuanto a su financiación. Tan solo con que sea incluida la empresa en el Índice Russell 2000, las pequeñas empresas que cotizan en Nueva York, la abre la puerta de fondos pasivos o índices lo que significa un importante motor de compra de sus acciones; imagínense lo que sería para la misma si algún día es incluida en el Stándar & Poor´s 500. Por tanto, primer acierta del cambio de domicilio. La gobernadora del Banco Central Europeo –BCE_ Christine Lagarde, ha sido la primera voz en alertar de la necesidad de dotar a la Unión Europea de unos mercados de capitales mucho más grandes y ágiles.

    Por otra parte y en segundo lugar está la seguridad jurídica, papeleos administrativos, los tribunales son mucho más rápidos y menos engorrosos en Holanda que aquí en España. Esta situación propicia a una empresa a ser mucho más rápida y contar con una marco jurídico que aquí no se encuentra. Buena prueba de mi anterior aseveración es que los Países Bajos tienen una calidad muy superior a la de otros países europeos, como por ejemplo Francia, en su forma de legislar y administrar la misma, algo que el Global Competitiveness Report -informe del Foro Económico Global- pone de manifiesto. Por tanto, segundo acierto de la decisión del consejo de administración para sus accionistas, los cuales una vez más, repito, que son los dueños de la empresa y no el estado español.

    Además de ser amigable jurídicamente, Países Bajos lo es también fiscalmente. Allí la empresa puede negociar directamente con la hacienda pública, algo imposible en España. Por otra parte no penaliza la obtención de beneficios vía dividendos a la casa matriz, lo cual si hace España donde debe se bonifica un 95,0% frente al 100,0% en el caso neerlandés. Por otra parte, y diga la que diga nuestra ministra Irene Montero o nuestro presidente Pedro Sánchez, los Países Bajos no es un paraíso fiscal, sino simplemente es amigable con las empresas. La fiscalidad supone un coste para las empresas, son las empresas las que crean riqueza, las que añaden a la actividad económica –PIB-, son las que crean puestos de trabajo, son las que invierten e innovan haciendo avanzar a la población. Por tanto, una vez más, magnífica la decisión para sus accionistas.

    Hay algo además que es ya una constante, a la cual me he referido anteriormente muy de pasada, el desprecio a la empresa y a los empresarios. ¿Cómo es posible que el presidente de un gobierno, más dentro de la Unión Europea, critique a una empresa en una visita a otro país? Sí, me refiero a sus declaraciones en Finlandia con la primer ministra del país. Nuestro presidente pide a las empresas extranjera que venga a España y luego niega la mayor al considerar que la salida de Ferrovial es una traición a España. Pues no, no es ninguna traición, es una decisión muy bien pensada, estudiada y que creará riqueza a sus accionistas, una vez más, los propietarios de la empresa.

    La salida de Ferrovial veremos si es tan solo puntual o la tomarán otros empresarios. Ferrovial no es la primera empresa en trasladar su sede a otro país, cotizar en mercados más eficientes, en buscar una seguridad jurídica y fiscal.