Opinión
Ahorro Energético: ¿son los recortes el camino o también podemos cambiar la forma de consumir la energía?
Laurent Clech
2050 es el año marcado por la Unión Europea para alcanzar un nivel de cero emisiones netas. El Pacto Verde Europeo marcaba, en la Directiva relativa a la eficiencia energética, que la UE deberá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % en comparación con 1990 de aquí a 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050. En 2021 se propuso un refuerzo de los objetivos de reducción, pero el estallido de la Guerra de Ucrania ha cambiado para siempre la relación de la Unión Europea con la energía.
La dependencia del gas ruso ha obligado a muchos gobiernos a aprobar una hoja de ruta para reducir el consumo energético, con medidas excepcionales como es el caso de Alemania. Allí han cortado el agua caliente en gimnasios y edificios públicos, reducido el tiempo de calefacción en invierno y cerrado piscinas cubiertas.
Estas soluciones de emergencia ponen de relieve la importancia de una buena inversión en innovación dentro del sector energético. El ahorro de energía no debería pasar por una reducción forzosa del consumo, sino por evaluar en qué situaciones hacerlo y si existen alternativas que nos permitan seguir consumiendo esa energía de forma más eficiente. Analicemos dos actividades que están ahora mismo en el foco del ahorro energético:
1. Navegar: Según un estudio de la organización Transport & Environment (T&E) los puertos españoles son los responsables prácticamente de 14 millones de toneladas de emisiones de carbono. Desde organizaciones ecologistas se pide a los ciudadanos que no viajen en cruceros para reducir las emisiones que afectan a ciudades como Barcelona o Valencia. Pero, más allá de los viajes, los puertos son grandes puntos de distribución de bienes cuyo parón provocaría el colapso de la economía como ya hemos visto con el COVID y los cortes de la cadena de suministro.
La realidad es que existe una solución alternativa para la reducción de emisiones: las llamadas Onshore Power Supply (OPS). Hasta ahora los barcos cuando llegan al puerto, continúan con los motores encendidos las horas que estén allí (incluso días en el caso de cruceros) para poder seguir ofreciendo energía y servicios en su interior. La OPS es un sistema de electrificación de muelles que permite al barco "enchufarse" a la corriente y desconectar los motores de combustión eliminando esas emisiones.
Las OPS ya se usan en los países nórdicos, de hecho, desde VINCI Energies se ha participado en la construcción e instalación de OPS en algunos puertos de Suecia y Noruega, entre otros. En España, el puerto de Barcelona espera tener instalados para 2023 y 2024 el sistema OPS para cruceros eliminando 66.000 toneladas de CO2.
2. Alumbrado Público: El gobierno alemán recomendó también apagar farolas e incluso eliminar semáforos de zonas con poco tráfico nocturno pero, como ocurre con los barcos, existen otras alternativas. Por ejemplo, nuestro Grupo está trabajando con el Ayuntamiento de Elgoibar para reemplazar el sistema actual de alumbrado por LEDs y mejorar los sistemas de iluminación gracias a su digitalización. Como resultado, el Ayuntamiento se ahorrará un 58% del coste en alumbrado y se dejarán de emitir 180t de CO2 al año.
Ambos ejemplos implican el consumo de gas para generar esa electricidad. No obstante, ya existen alternativas como el Hidrógeno Verde, un vector energético del que, por cada kilogramo que se usa, se ahorra 10,9 kg de CO2. Imaginemos, por un momento, que lo aplicamos al sistema OPS de Puertos mencionado anteriormente. Estaríamos hablando de pasar de emitir gases por la combustión de motores de los barcos a usar electricidad (sin uso de gas o con un uso muy reducido) para su generación. Suena a una utopía, pero la realidad es que es el futuro inmediato que espera a nuestros puertos.
Contamos con los mecanismos y sistemas para la descarbonización y con fórmulas para generar energía de forma limpia. Urge, por tanto, acelerar la implantación y el desarrollo de los mismos para que dejemos de hablar de ahorro energético y empecemos a hablar de eficiencia, de forma que podamos seguir iluminando nuestras ciudades sin contaminar.