Opinión
Sin base para el pánico en la bolsa
elEconomista.es
Un mensaje en redes sociales de Donald Trump amenazando con elevar aranceles a productos chinos por 200.000 millones ha bastado para que las bolsas se olvidaran del buen arranque de año y cerraran a la baja en la sesión de ayer.
El cambio tiene sentido, ya que el fin de la tregua en la guerra comercial entre China y EEUU llega en un momento crucial. No en vano, mañana miércoles está prevista una reunión clave entre las delegaciones de ambos países, en la que no solo se hablará de aranceles. También estarán sobre la mesa aspectos fundamentales para alcanzar la paz, como las subvenciones de China a sus empresas y las barreras que pone a la inversión exterior en su territorio. Resulta obvio que si no hay avances significativos pueden crearse tensiones que afectarán a los mercados y a la economía. Ante este riesgo puede sorprender que las caídas experimentadas en la mayoría de las bolsas hayan sido modestas, quedándose a un 7 por ciento de media de sus soportes críticos. Así, Wall Street y las bolsas europeas perdieron en la sesión en torno al 1 por ciento. El hecho de que todo haya quedado en un susto evidencia que la situación actual es muy diferente a la del pasado diciembre, cuando la bolsa se desplomó por las amenazas de Trump. Entonces, la guerra comercial se desarrollaba en un escenario lleno de dudas por la evolución económica de Estados Unidos y la política de alzas de tipos de la Fed. Ahora, los buenos datos de EEUU y el giro acomodaticio de Jerome Powell explica la mayor resistencia de las bolsas. No existe, por tanto, una base sólida para que el pánico cunda en los mercados. De hecho, y siempre con las debidas cautelas, un descenso hasta el soporte de los 3.410 puntos en el Euro-stoxx colocaría la renta variable en opción de compra.