Opinión

¿Será la banca nuestro 'coach' personal?

    Foto: Getty.

    Thierry Mennesson

    Nuestras transacciones bancarias y gastos diarios son un reflejo de nuestro estilo de vida: proporcionan una visión de nuestras costumbres e intereses, capacidad de ahorro y gasto y, sobre todo, constituyen un perfecto vínculo con otros mundos como la sanidad o la automoción.

    Cualquiera familiarizado con nuestras transacciones de pago puede hacerse una idea bastante clara de quiénes y cómo somos y, por lo tanto, ayudarnos a vivir nuestras vidas de una manera más plena, como entrenadores dispuestos a dar un paso adelante y aconsejarnos siempre que lo necesitemos.

    El terreno de los pagos, un campo históricamente monopolizado por los bancos, ha atraído recientemente el interés de las grandes compañías tecnológicas, que pretenden situarse en un plano diferente al de los bancos y acceder a los datos de nuestras operaciones. Todo ello, sin tener que cumplir las duras exigencias que vienen de la mano de contar con una licencia bancaria.

    La nueva Directiva de Servicios de Pago 2 (PSD2, por sus siglas en inglés), emitida este año por la Autoridad Reguladora Europea, separa el mantenimiento de las cuentas del acceso a las mismas, así como de la iniciación del pago. De este modo, el cuasi monopolio del que disfrutan las entidades financieras en las aplicaciones de gestión de cuentas y medios de pago ha llegado a su fin.

    Como resultado, vamos a poder utilizar aplicaciones distintas a las de nuestros bancos para administrar nuestras cuentas, o contar con tarjetas emitidas por terceros, pudiendo gastar directamente desde nuestras cuentas bancarias.

    Un entorno tan atractivo no va a permanecer sin ser explotado por mucho tiempo, y emergerán nuevos intermediarios dispuestos a ofrecer asistencia en todos los aspectos de la vida cotidiana. Se trata de los coaches personales, entrenadores de vida capaces de aconsejarnos de manera que podamos gastar de forma más inteligente y en línea con nuestras áreas de interés, planes de futuro y valores.

    Estos nuevos actores, además, podrán ayudarnos a ahorrar dinero, reembolsar y solicitar préstamos, descubrir suscripciones innecesarias, predecir nuestro saldo de fin de mes, anticiparse a nuestras necesidades, emitir alertas y, seguramente, muchas otras cosas de las que aún no somos conscientes. Serán, en definitiva, nuestros partners útiles e inseparables en nuestro día a día.

    Los bancos, que tienen acceso prioritario a toda la información sobre nuestros gastos, parecen estar en una buena posición para desempeñar esa función de coaches. Podrán hacerlo siempre que sean capaces de repensar su misión y hacerse un hueco en la asistencia diaria mediante el uso de la tecnología digital.

    Para ello, en lugar de quedarse en el simple asesoramiento en momentos concretos (compra de una casa…), resulta fundamental un cambio de mentalidad que les sitúe en el día a día de sus clientes. De lo contrario, se verán inevitablemente expulsados de este nuevo entorno que se avecina.

    Son muchos los actores que cuentan ya con sus armas y están interesados en ocupar el lugar de los bancos y tomar posiciones como nuestros coaches personales: proveedores de seguros, telecos, distribuidores, startups, o cualquiera de los gigantes tecnológicos, son solo algunos ejemplos. Con PSD2, el regulador europeo les está abriendo las puertas a este mundo de gestión de nuestro día a día.

    La batalla de los Proveedores de Servicios de Información sobre Cuentas y de los Proveedores de Servicios de Iniciación de Pagos (AISP y PSIP, respectivamente, por sus siglas en inglés) ya está extendiéndose, y los próximos 18 meses serán clave como escenario de una despiadada confrontación entre los defensores de la banca tradicional, centrada en la gestión de cuentas, ahorros y préstamos, y dichos aprendices de coaching personal, listos para ofrecer servicios financieros para la era post-PSD2 y RGPD, y, sobre todo, a ayudar a sus clientes a gestionar su día a día de manera inteligente, eficaz y más productiva que nunca.

    Dado que este ámbito no está regulado a nivel nacional, hay buenas razones para creer que surgirá un actor europeo capaz de dejar su huella. Sin embargo, debe hacerlo a toda velocidad, antes de que Amazon decida, también, jugar en este campo.

    El futuro de las finanzas ya está aquí y los diferentes actores han tomado posficiones o están a punto de hacerlo. Se trata de un futuro prometedor y cargado de oportunidades. Para algunos, no obstante, ha llegado antes de lo deseado. No perder el tren exigirá mucha preparación y, especialmente, un cambio de mentalidad radical.