Opinión
Presupuestos acordados para una nueva etapa
Francisco de la Torre Díaz
Ya tenemos aquí el proyecto de Presupuestos generales del Estado para 2017; eso sí, con un pequeño retraso, nada menos que seis meses después del plazo constitucional del artículo 134.3. Como ya señalaba en elEconomista el pasado 8 de febrero, "prorrogar los presupuestos no es una opción", y por consiguiente iba a haber un proyecto de presupuestos, pese a las dudas que entonces manifestaban relevantes dirigentes del PP.
En este planteamiento no sólo había razones económicas, sino fundamentalmente políticas, ningún gobierno puede renunciar indefinidamente a la iniciativa política, posponiendo sine die el proyecto.
Aunque la iniciativa del principal instrumento de política económica, los Presupuestos, le corresponde al Gobierno, estos son muy distintos de los que ha realizado el PP mientras ha dispuesto de mayoría absoluta. La razón fundamental es que ha tenido que pactarlos con Ciudadanos. Así, son los primeros Presupuestos que no llevan subidas de impuestos. De hecho, incluso han desaparecido de la previsión de ingresos, como hemos exigido, tanto los eufemísticamente denominados "impuestos medioambientales", como el impuesto sobre las bebidas azucaradas. Por otra parte, los Presupuestos ponen fin a los recortes, ya que aumentan la inversión en educación, sanidad y servicios sociales. El pasado 12 de enero, le señalaba al ministro Cristóbal Montoro, con ocasión de su comparecencia en el Congreso de los Diputados, que en el caso de los Presupuestos, si estos "cumplían el acuerdo de investidura los apoyaremos, y si no, no". En este caso, hay que reconocer que el Gobierno ha cumplido en estas cuentas con el acuerdo de investidura, y por lo tanto, Ciudadanos los apoyará. Como ha reconocido el presidente Mariano Rajoy, no han sido unas negociaciones fáciles, de lo que doy fe, pero "lo difícil tiene a veces más atractivo".
No sólo es que en este caso sea más atractivo negociar y condicionar políticas, que lo es, coincido con el presidente del Gobierno, sino que es lo único que resulta útil para los ciudadanos. Desde luego lo que no tiene ninguna utilidad es intentar bloquear la política económica sin proponer ningún tipo de alternativa. Evidentemente, muy pronto veremos en el Congreso iniciativas y enmiendas, tanto del PSOE como también de Podemos y los partidos separatistas, proponiendo más gasto en todas las partidas del Presupuesto. Sin embargo, eso no es política, y mucho menos política responsable, es simplemente demagogia, o si lo prefieren, brindis al sol.
La política es el arte de lo posible, como ya señalaba Aristóteles. En ninguna otra cuestión se ve esto con más claridad que en las cuentas de un Estado, que si dejan de ser creíbles y consistentes pasan a convertirse en un simple cuento. Además, en estos Presupuestos España tiene la obligación, con un riesgo de sanción superior a 6.000 millones de euros, de rebajar el déficit desde el 4,54 por ciento en que cerramos en 2016, hasta el 3,1 por ciento. Por eso, además, estas cuentas son difíciles también desde el punto de vista económico. Por eso, en Ciudadanos estamos especialmente orgullosos, también, de que hayamos conseguido que no se haya recurrido al recurso fácil, el que empleó el PP en la pasada legislatura de subir el IVA y el IRPF.
Por el contrario, y por primera vez desde el inicio de la crisis, se incrementa el presupuesto de la Agencia Tributaria en cien millones de euros, más del 10 por ciento respecto al año pasado. No sólo es una inversión que se autofinancia, sino una cuestión de justicia. Por una parte, según los datos oficiales, por cada euro invertido en lucha contra el fraude se obtiene un ingreso directo de diez euros, con lo que los continuos recortes del PP y el PSOE en la Agencia Tributaria, en medio de una crisis fiscal sin precedentes además, económicamente no tienen ningún sentido. Además, la Agencia Tributaria también es un instrumento clave en la lucha contra la corrupción. Pero sobre todo, es una cuestión de justicia que no se exijan más impuestos, antes de exigir el cumplimiento de las leyes a los que no cumplen pagando los impuestos que les corresponden.
También hemos conseguido que se comience a trabajar de verdad, y de forma efectiva, en la eliminación de duplicidades e ineficiencias administrativas. Esto no son sólo buenas intenciones, sino que hemos conseguido una partida específica para que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, inicie la spending review o auditoría completa del gasto, que comenzará por la revisión de las subvenciones en todo el sector público, incluyendo las administraciones autonómicas y locales. De nuevo, hay que evitar recortes en sanidad y educación, y eso cuadrando las cuentas sólo se puede conseguir eliminando gastos superfluo y duplicidades.
Para concluir, España lleva varios meses con el Presupuesto prorrogado y la Administración necesita imperiosamente unas nuevas cuentas. Necesitamos unos presupuestos para ordenar la gestión, para adaptarnos a la nueva situación económica, y también para dar una señal imprescindible de estabilidad política e institucional. Sólo por eso, que ayer se aprobase el proyecto de Presupuestos ya sería una buena noticia. Además, creemos que son unas buenas Cuentas por la inversión en las políticas sociales que hemos conseguido para reconstruir la clase media, y también para modernizar la economía española, en total, 4.087 millones de euros en mejores políticas para los españoles. Apoyaremos estas Cuentas no sólo porque, si no, no saldrían adelante, que también, sino porque necesitamos estabilidad y reformas, que son mucho mejores que prórroga y fracaso.
(Francisco de la Torre es diputado de Ciudadanos y Presidente de la Comisión de Presupuestos del Congreso)