Opinión

Navarro, Podemos, mentira y manipulación



    La entrevista a Pablo Iglesias que se realizó en el programa de debate La Noche en 24 Horas el pasado 5 de noviembre ha generado una estruendosa e infundada polémica que, por alguna extraña razón que no puede ser inocente, ha versado sobre el papel del director del programa, Sergio Martín, y de quienes le acompañábamos -Graciano Palomo, Alfonso Rojo, Julio César Herrero y yo mismo- y no sobre las controvertibles opiniones del entrevistado.

    Quienes vieron con independencia de criterio el programa en cuestión, habrán sabido deslindar la profesionalidad de la demagogia.

    Sea como sea, estas líneas salen al paso de la publicación por el catedrático Vicenç Navarro, aludido por mí en aquella entrevista, de unas pintorescas objeciones que pretenden hacerme pasar nada menos que por mentiroso y manipulador.

    Mi pecado habría consistido en asegurar que el profesor Navarro, que ahora es asesor económico de Podemos, propone que para reducir el paro en España se incremente el número de funcionarios. Y en afirmar coloquialmente que semejante tesis responde a una versión "antigua" de la socialdemocracia.

    La misma que defiende Navarro en Bienestar insuficiente, democracia incompleta (Anagrama, 2002), cuando critica que el socialdemócrata Felipe González hiciese primar las políticas tendentes a la igualdad de oportunidades sobre las políticas de redistribución, a mi juicio cada vez más desacreditadas (pág. 162).

    Sucede sin embargo que el catedrático Vicenç Navarro es un prolífico publicista que, pese a su irascibilidad, sostiene efectivamente en sus escritos y en sus declaraciones que una de las medidas que debería tomar el estado español para salir de la crisis es aumentar el número de personas que trabajan en el sector público. Pero como él se ha irritado porque yo lo he afirmado en público, no tengo más remedio que reproducir al menos alguna cita suya (las hay abundantísimas).

    En diciembre de 2012, y en el programa de TV3 La entrevista del 3/24, decía textualmente que "en Suecia, uno de cada cuatro ciudadanos trabaja en los servicios públicos del estado de bienestar. ¿Sabe cuántos hay aquí en Cataluña? Uno de cada diez". Y añadía que "si en vez de uno de cada diez fuera uno de cada cuatro tendríamos cinco millones más de puestos de trabajo en España, que es precisamente el número de gente parada".

    Otro artículo muy divulgado de Navarro es ¿Demasiados funcionarios?, publicado en su blog de Público en junio de 2009, en el que también sostiene la tesis de que el sector público está subdesarrollado. Y, por supuesto, en el libro Hay Alternativa (Ed. Sequitur. ATTAC, 2011) que Navarro y Torres escribieron con el diputado de IU Alberto Garzón -a veces parece que Navarro surte de ideología a granel- se afirma también la necesidad de que haya más trabajadores en los servicios públicos del estado de bienestar: "Si España, que en estos momentos tiene un 9 por ciento de su población empleada en estos servicios, tuviera el porcentaje que tiene Suecia (25 por ciento), tendría como poco 5 millones de puestos de trabajo más de los que tiene ahora, cifra que es superior, por cierto, al número de desempleados actual, lo que significa que el desempleo no existiría en España"

    Naturalmente, estas ideas están también contenidas explícitamente en el documento Un proyecto económico para la gente que los profesores Navarro y Torres redactaron para Podemos. Así, en la página 12, se propone "alcanzar el pleno empleo [?] tanto a través del estímulo al sector privado como, cuando ello no sea suficiente, mediante la creación de empleo por parte del Estado, corrigiendo el enorme déficit de infraestructura social del país a través de la expansión de los servicios públicos del Estado de Bienestar, hoy claramente subfinanciados en España".

    ¿Dónde están, entonces, la mentira y la manipulación? ¿Acaso se sorprende el señor Navarro de la imagen que proyecta de sí mismo el espejo? ¿Cómo es posible ofenderse tanto porque digan de uno lo que efectivamente ha dicho? ¿No es por ventura cierto que ha abogado en numerosas intervenciones por incrementar el empleo público para reducir el paro?

    Entre la casta, es muy frecuente -lo sabemos bien los periodistas- que los entrevistados renieguen de lo que dijeron al entrevistador cuando lo ven impreso y en negritas. Lo insólito es que un sedicente intelectual salte del asiento cuando alguien menciona sus más conocidas tesis. Y más cuando quien lo hace trata de argumentar y no de descalificar a quien piensa distinto.