Opinión

El equilibrio de género mejora resultados



    Las empresas no pueden avanzar si discriminan a la mitad de la humanidad.

    La apuesta por el equilibrio de género ya no es una cuestión de empresarios idealistas en aras de la igualdad de oportunidades, ni de políticas de empleo socialmente correctas, es una cuestión de beneficios económicos. Quienes lo afirman son organizaciones para las que asociar estas políticas a la mejora de resultados no es una coincidencia.

    Credit Suisse muestra en un estudio con 2.400 empresas que el valor de la acción de las que al menos tenían una mujer en su comité de dirección, era un 26 por ciento superior a aquellas que no incluían talento femenino. En su informe explica que las organizaciones con mujeres en sus puestos ejecutivos lleva consigo un fuerte rendimiento, una diversidad de estilos de liderazgo, una base de talento más amplio, una mayor capacidad de anticipación en tendencias de los consumidores y una mejora del gobierno corporativo. Sus conclusiones coinciden con otros muchos estudios que demuestran la relación entre resultados positivos y diversidad de género, tanto en empresas cotizadas, es decir grandes, como en medianas y pequeñas.

    Gallup, en otro estudio a 800 pequeñas empresas entre minoristas del sector de la electrónica y restaurantes en Estados Unidos, comprobó que los puntos de venta con mayor diversidad de género tenían mejores resultados. En las tiendas de electrónica con un buen equilibrio en sus plantillas entre hombres y mujeres los ingresos eran un 14 por ciento superior frente a las que no había paridad. En los restaurantes, los beneficios netos trimestrales eran un 19 por ciento más elevados que en los que no había diversidad de género. En sus conclusiones, Gallup afirma que el equilibrio es tan importante a pie de tienda como en las reuniones de los comités de dirección de grandes empresas. Las investigaciones realizadas por la profesora Katherine Phillips de la Universidad de Columbia han demostrado que los equipos más diversos son más innovadores, ya que aumenta la participación de las minorías e incita a las mayorías a asimilar nuevas ideas y a pensar más críticamente sobre los problemas que están tratando. "En promedio, nuestros estudios muestran que los resultados generados por los equipos diversos son mejores que los de los homogéneos".

    Por otro lado, no incluir a la mitad de la población son creencias de tiempos lejanos cada día más diluidas, aunque no del todo desaparecidas. La realidad hoy es que las mujeres suman un poder adquisitivo de 20.000 millones de dólares anuales en todo el mundo; son el 40 por ciento de la fuerza laboral mundial; el 12,5 por ciento de trabajo temporal es cuestión femenina en los países de la OCDE; el 60 por ciento de los graduados universitarios europeos son graduadas y el 70 por ciento de las decisiones de compra en Europa las hacen ellas. Esto no es casualidad.

    Lo cierto es que estamos en un momento histórico de profundas transformaciones. El esfuerzo de las mujeres por conciliar su vida personal y profesional está construyendo una sociedad más inclusiva y sostenible de lo que hubiéramos imaginado. Muchas de las medidas que fueron originalmente exigidas por las mujeres -teletrabajo, horarios flexibles, permisos de maternidad y paternidad, mejor equilibrio trabajo / vida, y así sucesivamente- ahora benefician a hombres que nunca se hubieran visto luchando por ellas.

    La diversidad de género no es sólo una fuente de equilibrio, es el futuro de la gestión. El liderazgo de las organizaciones ha de recaer por igual en hombres que en mujeres, la formación y capacidad la tienen ambos. El reto es evolucionar a entornos donde ni ellas ni ellos tuvieran que elegir entre sus responsabilidades personales y profesionales. Las empresas no pueden avanzar de manera sostenible si discriminan a la mitad de la humanidad. Numerosas organizaciones líderes en sus sectores vienen aplicando políticas de género muy concretas. Hoy son consideradas casos de éxito y esto no es casual. La evidencia es que de la diversidad han hecho su identidad y riqueza.

    Pero lo increíble es que en 2014 aún tengamos que estar demostrando empíricamente que contar con todo el talento es rentable, que la diversidad en todas sus manifestaciones es la mejor de las opciones para toda organización con visión de futuro, que apuesta por la calidad de vida de sus personas y de sus clientes, en suma de todos sus stakeholders. Solo con mirar la naturaleza, los ecosistemas con mayor riqueza vemos que la diversidad y el equilibrio son la respuesta. Sin embargo, todavía este ocho de marzo hay que apelar a los números para demostrar lo obvio: la sociedad está integrada prácticamente a partes iguales por mujeres y hombres, y este equilibrio NO es casualidad.