Opinión
Bajar impuestos exige más ajustes
La bajada del IRPF se compensará con el IVA, pero la mejor opción es reducir gasto acelerando la reforma del sector público.
La reforma fiscal que prepara el Gobierno contempla una bajada del IRPF a los niveles de hace cuatro años, con un coste de entre 4.000 millones y 5.000 millones de euros.
El Impuesto sobre Sociedades se continuará limpiando de deducciones y es posible que Montoro haga un guiño con la bajada del tipo nominal. En la tributación del ahorro se eliminará la distinción entre el largo y el corto plazo efectuada en esta legislatura, ya que condiciona las decisiones de inversión. No se subirá el IVA, según afirma el propio Rajoy. Una verdad a medias. En primer lugar, porque sin variar los tipos de cada tramo -4, 10 y 21 por ciento-, que es a lo que se refiere el presidente, se puede empezar a gravar al 10 por ciento productos que ahora tributan al 4 por ciento. Eso es subir impuestos. En la actualidad, el 50 por ciento de la base imponible de este impuesto tributa al tipo superreducido. En segundo lugar, porque no hay margen presupuestario para bajar impuestos y cumplir el objetivo de déficit si no se actúa sobre el gasto. Por eso el Gobierno intentará compensar la bajada del IRPF con la reclasificación del IVA. La reducción del tipo en Sociedades se equilibra con la eliminación de deducciones. Pero se confía demasiado el éxito de la reforma en este juego de compensaciones y en el crecimiento económico, cuando aún es muy débil. Bruselas duda de que España pueda bajar la Renta sin poner en peligro la senda de reducción del déficit y aconseja actuar sobre el gasto. Para ello, la mejor opción es adelantar la reforma en el sector público. La cuestión es si el Gobierno acometerá un cambio que lleva demorando toda la legislatura. Si no se realiza un recorte del gasto, la reforma fiscal supondrá una nueva subida de impuestos.