Opinión

MARF: una oportunidad por definir



    El lunes 7 de octubre se dio a conocer el Mercado Alternativo de Renta Fija, MARF. El interés ha sido grande, por poner un ejemplo desde el IEB y con la colaboración de Axesor hemos llevado a cabo un estudio que pueden encontrar en la página web del Instituto sobre el mismo. Era una demanda contenida en el MoU, memorándum de entendimiento, condiciones impuestas a nuestro país por parte de la troika, para recapitalizar la banca española intervenida.

    Se ponía el acento en una de las grandes lagunas de nuestra economía, la de contar con mercados alternativos a la financiación de empresas fuera de segmentos bancarios.

    Vaya por delante que nuestras empresas parece que nunca habían contemplado con demasiados buenos ojos los mercados bursátiles como fuente de financiación, la reducida dimensión de nuestras empresas, todas ellas mayoritariamente micro o pequeñas empresas, si prefieren con un volumen de negocio inferior a los diez millones de euros, ha condicionado de manera muy sensible la participación de las mismas en los mercados mayoristas, lo que no es óbice para que las medianas empresas hubieran apelado más a estos mercados. Aún así aparece por fin un mercado alternativo de financiación al imperante, démosle la bienvenida y esperemos, lo necesitamos, que sea todo un éxito.

    Las empresas con tamaño suficiente están en la obligación de contemplar este mercado como una alternativa real a la financiación bancaria, al actualmente seco mercado de crédito bancario. Las voces de la negatividad se han encargado de compararlo con el MAB, el Mercado Alternativo Bursátil, donde se negocia financiación para empresas a través de las acciones.

    Sin embargo antes de emitir tal afirmación deberían pensar que en el MAB se han dado grandes oportunidades para los inversores. Quizá sea GoWex el mejor ejemplo de éxito, que no el único, cierto que ha tenido un desarrollo de negocio y beneficio espectacular, sin embargo nadie repara que la comunicación de esta empresa ha sido de sobresaliente, algo que tendrán que tener presente los emisores de pagarés y bonos en el nuevo mercado.

    La empresa es un conjunto de recursos: dinero, empresarios y mano de obra, que conjugándolo con: materia prima, energía y fiscalidad, permite producir bienes y servicios y por tanto generar riqueza a través de la producción. Llevamos muchos años de bonanza de dinero, las cifras del crédito al sector público de nuestro país así lo demuestran. Sin embargo, es precisamente esta bonanza y facilidad la que nos ha llevado a la actual situación, la cual no sería la misma sin nuestros niveles de apalancamiento bancario, que nos ha metido en un agujero de cajas de ahorro y necesidades de capital.

    Para que este mercado sea un éxito también es necesario atraer a los inversores, máximo, cuando desde un primer momento ha quedado encuadrado como mercado para mayoristas. Aquí el mercado nace con el handicap de que las emisiones van a ser pequeñas, que además el rating de las mismas no va estar por encima de BBB, algo a tener en cuenta, pues no existen muchos gestores en España de carteras high yield. A estas dos premisas se les suma la iliquidez, algo que ya se está esbozando como principal problema por parte de las gestoras, pero estas mismas gestoras se olvidan que la renta fija privada, en sí, es ilíquida.

    Normalmente las emisiones de renta fija privada se negocian cuando son puestas en mercado, van perdiendo liquidez según va pasando el tiempo, presentando problemas de formación de precios cuando han transcurrido más de tres meses desde su lanzamiento. Muchos hablan de la necesidad de un mercado secundario con market maker, pero habría que recordarles que hace muchos años AIAF intentó con escaso éxito contar con un primer escalón, a imagen de la deuda pública, que diera liquidez a las emisiones privadas. Aquello resultó un fiasco del cual solo se acuerdan los más viejos del lugar.

    Sin embargo, esta iliquidez se puede ver compensado ampliamente por la rentabilidad que pueden ofrecer estas emisiones y que podrían estar en el entorno del siete por ciento para emisiones a medio plazo, algo que las hace muy atractivas en la búsqueda de rentabilidad o alpha para las carteras, especialmente para aquellas con una vertiente orientada a vencimiento, o si prefieren carteras con títulos que se compran con vista a verlos vencer o si prefieren que se van a incorporar a las mismas y no se va a proceder a su negociación.

    No menos importantes es el contratiempo del momento macro en el que surge. Cierto que actualmente podemos prever tipos estables, pero en la mente de todos los gestores, más ante algunas incipientes señales de recuperación, los gestores están llevando a cabo políticas de riesgo muy conservadoras, es decir duraciones bajas, sensibilidad del precio ante movimientos de tipos de interés. Sin embargo ante este hecho habría que recordar que sí en este momento hay algún activo que presente un buen perfil rentabilidad-riesgo es precisamente la renta fija privada, ante el considerable spread crediticio o diferencial que incorpora.

    Por otra parte la atención de este mercado puede venir por la emisión de papel a corto plazo es decir, pagarés. La emisión de pagarés en este momento puede aliviar de tensiones de liquidez a las empresas y puede casar muy bien con los objetivos de los gestores, que no son otros que buena rentabilidad pero a vencimientos cercanos o de corto plazo.

    Miguel A. Bernal, profesor y coordinador del Departamento de Investigación del IEB.