Opinión

El euro de nuestro descontento



    PÚBLICO (PORTUGAL)

    Ante su pasado complejo de guerras y conflictos, no es de extrañar que Europa Occidental se haya tropezado con tantas dificultades a la hora de concretar su utopía, su primer proyecto serio y democrático de construcción de importancia internacional. La más proeuropea de las grandes naciones no es otra que Alemania.

    El antiguo país del marco es el nuevo FMI del euro. Sólo él posee suficiente poder para mantener la utopía europeizante en pie. Francia y el Reino Unido, por su parte, no sienten la necesidad de Europa. En cambio, en el sur y en el este del continente, el sueño está vivo. Pero quizás Europa jamás haya necesitado ir a ninguna parte.