Opinión
Editorial: Una solución para la banca, ya
Los bancos europeos volvieron a ser castigados sobre el parqué. Sus CDS, los seguros contra su impago, se dispararon hasta máximos históricos. La mecha prendió por Dexia, muy expuesta a la deuda soberana, la de los municipios franceses y la financiación a corto.
Poco importaba que la entidad fuese una de las mejores en los test de estrés, ayer Francia y Bélgica trataban de respaldar a Dexia sin desembolsar fondos. Todo con tal de no hacer peligrar la AAA gala.
Y la chispa saltaba a EEUU, obligando a toda la banca estadounidense a reducir sus líneas de crédito en la eurozona, lo que agudiza las dificultades de liquidez. Las pérdidas que puedan infligirse por una Grecia que ya sabemos que no puede pagar son asumibles.
Pero el contagio a los soberanos y la banca, no. El problema es el exceso de deuda, sea pública o privada, a la que hay que aplicar una quita debido a la ausencia de crecimiento, ergo se necesita recapitalizar a la banca para que pueda absorber quebrantos.
Hay que aplicar cuanto antes el cortafuegos que aísle el default heleno del resto y evitar que bancos y Estados caigan cogidos de la mano. Sin embargo, eso precisa unas cantidades de las que no disponen ni las finanzas estatales ni el fondo de rescate.
Hay que apalancar este último para hacer frente a semejantes compromisos, algo que más adelante implicará los típicos riesgos de cuando se imprime dinero. Pero como muestra Dexia ahora, el peligro inmediato es un dominó de la banca por falta de liquidez.
Europa no puede permitirse demorar unas soluciones que cada día salen más caras y que nos están abocando a una severa ralentización al congelar el crédito y la inversión.