Hernando F. Calleja: El peso de España y el pesar de España
El presidente de Cataluña, Artur Mas, ha meditado en voz alta sobre lo que ser España representa para Cataluña y se ha agarrado a lo que hace sólo unos meses algunos empresarios españoles (todavía) han invocado, que el marchamo España es una rémora para su financiación.
La diferencia sustantiva entre las opiniones de los empresarios y las del presidente de los catalanes estriba en el grado de verdad. De una verdad mensurable y práctica.
Si tomamos, por ejemplo, las calificaciones de Standard & Poor's (ya sé que invocar a las agencias de rating es hoy un deporte de riesgo... de linchamiento, porque los inútiles de todo el mundo se han escudado en ellas para sacudirse sus inasumidas responsabilidades), si tomamos lo que dice S&P, decía, vemos que España tiene una nota de AA y Cataluña ha sido degradada en el último tirón hasta A.
Es decir, que España tiene tres galones más de prestigio que Cataluña individualmente. El argumento de Mas es capcioso, porque compara a España con Alemania o Francia, comparación en la que España , efectivamente sale perdiendo, pero no compara Cataluña, por ejemplo, con Baviera.
Es más, una Cataluña que no tuviera la cobertura de España tendría sensiblemente menor calificación porque, como ha asegurado Moody's recientemente, el mayor ajuste fiscal del Estado español acabará permitiendo asumir el exceso de déficit que incumpla Cataluña.
Yo comprendo que el actual Gobierno catalán tiene que estar ofuscado, como lo estarán los nuevos gobiernos de otras comunidades autónomas y ulteriormente quien suceda a este penoso Gobierno central. Pero los tiros debe orientarlos no al Gobierno central y no a las legítimas aspiraciones de otras regiones españolas, sino a quienes le han dejado la fechoría.
Y, como decía el viejo anuncio de insecticida, "No se lamente, mátelas". O lo que viene a ser lo mismo, los horrores ya los conocemos y los lamentamos. Su tarea es resolverlos.
Hernando F. Calleja. Periodista de elEconomista.