Editorial: Zapatero, váyase ya
El descalabro del PSOE en las municipales y autonómicas de ayer es el termómetro del descontento. La crisis y la deficiente gestión económica de Zapatero han alimentado la desconfianza y la preocupación, lo que ha elevado la participación.
Pero este mayor dinamismo no se ha sumado al voto de la izquierda, como en otras ocasiones. Una prueba más de la desazón social ante el Gobierno socialista y de que los comicios del 22-M, más que regionales y locales, eran una versión previa de las generales, y en tal sentido se ha votado.
En consecuencia, no hay lugar para que Zapatero agote la legislatura. Debe irse ya. Las urnas hablaron ayer, y piden volver a abrirse para unas generales lo más cercanas posible. Si no, condenarán al país a una etapa de vacío, con un Ejecutivo desautorizado para adoptar decisiones y para reflejar al exterior una imagen de credibilidad que serene a los mercados.
Al fin y al cabo, son éstos los que venían canalizando estas semanas la disensión con la gestión socialista que constatan los recuentos de ayer. Se abren ahora muchos frentes. El ascenso de la legalizada Bildu supone un contrapunto a la concordia vasca bajo el lehendakari Patxi López.
La pérdida de feudos socialistas como Castilla-La Mancha hará temer por Andalucía, donde el PSOE tiene demasiado polvo bajo las alfombras. Y la afloración de agujeros en las cuentas públicas allá donde haya relevo puede comprometer el cumplimiento con Bruselas.
Así, pues, en clave económica hay nuevas complicaciones, máxime con un horizonte de meses con gestores aún más frágiles. Zapatero no puede esperar a marzo de 2012. Debe adelantar las generales.