Editorial: Aquí huele mucho a quitas...
Las declaraciones de los ministros de Finanzas heleno y alemán volvieron a incendiar los mercados. El griego pidió tiempo y el germano afirmó que la deuda de Atenas era insostenible y que no habrá una quita antes de 2013... pero que a partir de entonces los inversores podrán sufrir pérdidas.
Enseguida, el mercado salió corriendo. El rendimiento de los bonos griegos a 2 años se disparó al 17 por ciento, lo que a todas luces descontaba una quita. Al mismo tiempo, las encuestas en Finlandia daban como favoritos a los antieuropeístas, que podrían dificultar el rescate luso. Y el fragor llegaba hasta las puertas del muro construido alrededor de España.
De nuevo, tras meses de calma, nuestra prima de riesgo repuntó algo, espoleada por una metedura de pata del Gobierno anunciando una inversión en las cajas por valor de 9.300 millones que no existía. Los chinos lo estudiarán, pero lo más probable es que no pongan tanto dinero en unas entidades tan sumidas en un mercado saturado. De hecho, el propio Botín estaba en China y afirmaba, con toda la razón, que la mejor apuesta que podían hacer los asiáticos era el Santander. O sea, que habrá poco para las cajas.
Tal conjunción de eventos ha devuelto los nervios al mercado. Los analistas saben que los salvamentos de Irlanda y Grecia, asediados por unos intereses altos y unos recortes que propician mayores recaídas, no funcionan.
E incluso colocan a Portugal entre los reestructurables. Si bien de aquí a 2013 los bonos están garantizados para que no haya quitas, los inversores piden que se abone desde ya ese riesgo, lo que encarece la financiación hasta hacerla insostenible. Habrá que tomar medidas antes.