Opinión

Los 'BRICS' han dejado de ser futuros ricos



    CORRIERE DELLA SERA (ITALIA)

    La cumbre de los jefes de gobierno de los BRICS en China es distinta de las precedentes. En el pasado, sus líderes, a los que se añade con este motivo Sudáfrica, se miraban con sospecha, incluso, en ocasiones, de reojo.

    Estaban obligados a reunirse por la dimensión de sus economías, pero no tenían mucho que decirse. Eran reuniones entre grandes superpotencias pobres predestinadas a convertirse en las grandes economías futuras.

    Esta vez, la cumbre tiene lugar en un escenario en que la economía mundial ha salido de la peor crisis de los últimos 50 años, pero la locomotora que arrastra el crecimiento no es la de Estados Unidos, sino que es la de los BRICS , con tasas de crecimiento que rozan o incluso que superan los dos dígitos. Las potencialidades de los países emergentes se han convertido en importantes realidades en la economía global. El rápido crecimiento de las importaciones chinas e indias echa leña al fuego de los precios de las materias primas y de los productos alimenticios.

    El rápido crecimiento asiático, por lo tanto, hace aumentar el recibo energético y encarece la cuenta del gasto de las familias y de las empresas occidentales. En cambio, el mismo crecimiento es una bendición para Brasil y China, ricos en productos que Asia necesita.

    Más allá de los conflictos pasados y futuros, los BRICS ya no son los futuros ricos, sino países de los que se pueden derivar grandes ventajas de la recíproca integración económica y comercial.