Julio Anguita: Notas para un debate económico (V)
Las altísimas tasas de paro que soporta España son utilizadas, a veces, para distorsionar la perspectiva con la que debe analizarse el problema. Se pone el acento exclusivamente en los aspectos cuantitativos, olvidando los cualitativos.
Es preciso reflexionar acerca de que, aunque a primera vista pueda parecer paradójico, no es idéntico eliminar el paro que crear empleo. Referirse a las sociedades esclavistas puede resultar aparentemente extravagante, pero no por ello es menos adecuada la comparación. Con la esclavitud no existe el desempleo.
El paro disminuye en las estadísticas cuando, para un determinado puesto de trabajo, un asalariado fijo y bien retribuido es sustituido por dos a tiempo parcial y con salarios ínfimos. Pero en realidad no se está creando empleo.
La tasa de paro sí es reducida, pero es difícil hablar con propiedad de la creación de puestos de trabajo. Las familias mantienen una renta similar, aunque ahora para conseguirla tengan que trabajar más miembros o hacer jornadas más extensas que antes. En España, ha sido éste el camino seguido.
El propio Felipe González reconocía en debate parlamentario allá por el año 1994 que, al menos, la precariedad creaba empleo.
El llamado modelo americano de creación de empleo precisa para su funcionamiento de dos requisitos: primero, un mercado de trabajo totalmente precarizado y, segundo, la casi desaparición de toda protección al parado de manera que se vea obligado a aceptar cualquier empleo por duras que sean las condiciones y reducido el salario.
En nuestro país, con un escandaloso paro, se están cumpliendo ambos requisitos. Las sucesivas reformas del mercado laboral lo han ido desregularizando hasta los datos que hoy conocemos y la protección al desempleo va en camino de hacerse testimonial.
El caso es que los datos son tozudos y a pesar de todo el paro sigue subiendo. ¿Por qué?
Julio Anguita. Ex coordinador general de IU.