Opinión

Acuerdo sobre el fondo salva-Estados



    IL SOLE 24 ORE (ITALIA)

    En el paquete global de reformas para recuperar la estabilidad del euro, sacudido por la crisis de los PIGS, faltaba la tercera tesela. Ha llegado con el acuerdo alcanzado en Bruselas por los 17 ministros del eurogrupo sobre la creación del ESM, el mecanismo europeo permanente de estabilización del euro.

    Ya sólo falta el EFSF (Europea Financial Stability Facility) cuyos detalles técnicos -según ha anunciado Juncker- serán definidos después de la cumbre europea de ese fin de semana. Juncker se muestra satisfecho del acuerdo alcanzado, que debería obtener el imprimátur en la cumbre del 24-25 de marzo de los jefes de gobierno de la Unión.

    Es una cita que debería parecerse a una fiesta, por el conjunto de difíciles reformas realizadas, del pacto de competitividad al de estabilidad, pasando precisamente por el ESM, con las que se pretende dar una más clara y orgánica gobernanza económica a la eurozona y prevenir devastadoras crisis en el futuro.

    Pero la fiesta podría ser aguada por Portugal si, como se teme, el gobierno cae con motivo de la aprobación del nuevo paquete de medidas de austeridad y reformas, concebido para evitarle tener que recurrir, después de Grecia e Irlanda, a las ayudas del EFSF. El ESM tendrá una dotación de 700.000 millones, que garantizarán una capacidad de financiación efectiva de 500.000 millones. Los préstanos ESM viajarán con la triple A.

    Se concederán a tipos fijos o variables, en línea con la política del FMI. La estructura de precio de la asistencia financiera será decidida por el Consejo de los gobernadores, es decir, su órgano de gobierno estará formado por los ministros financieros de la zona euro, con derecho de voto, por el comisario de la UE de Asuntos Económico-monetarios y el presidente del BCE.