Javier Nart: China rechina
El Banco Industrial y Comercial de China , el más grande del mundo, ha desembarcado en España. Coincidentemente, el viceprimer ministro chino Li Keqiang ha sido recibido con todos los honores por el Rey, el presidente, ministros y empresarios, con la misma esperanza que el pueblo de Israel aguardaba la llegada del maná en el desierto del Sinaí.
Li Keqiang nos dio su bendición (económicamente) y suscribió un importante monto de deuda pública española, con el doble significado de aliviar ( nuestros pesares) y avalar (la fiabilidad de nuestro papel).
El Banco Industrial y Comercial de China es y no es un banco comercial. Contradictorio significado, porque teniendo el beneficio como objetivo? es el banco principal de operaciones del Estado chino.
Un Estado total y totalitario, en el que los mecanismos de mercado están subordinados a una estrategia global a muy largo plazo. Y de este modo, la presencia de este banco en España, unida a la de una muy importante comunidad china cuya definición es la extrema laboriosidad y eficacia, nos da como lectura que será la fuente de financiación de sus operaciones e inversiones.
No hace falta ser un águila de la prospección económica para leer en esta noticia que la estrategia expansiva de la República China actuará con absoluta eficacia a través del respaldo que dará a las inteligentes operaciones de toma de posición y control que realizarán los empresarios chinos en una España entendida como plataforma privilegiada hacia Europa y Suramérica, posicionándose en empresas estratégicas españolas y actuando como cabeza de puente de objetivos a largo término.
Es una operación de Estado, sin prisa, pero también sin pausa, para penetrar decisivamente en nuestros activos estratégico-económicos.
Que es lo mismo que decir en nuestros centros de decisión. Nada que ver con las inversiones norteamericanas, alemanas o japonesas que hasta ahora hemos tenido. China es otra cosa. Otro mundo. Inevitablemente preocupante.
Javier Nart. Abogado