Opinión

Excesivo optimismo de la Fed por la caída del dólar



    La Fed va a inyectar otros 600.000 millones de dólares en bonos del Estado. Los países afectados se hallan ante la elección entre la peste o el cólera: o el tipo de cambio de sus monedas sube por la inyección -lo que reduce las oportunidades de exportación-, o evitan la apreciación a cambio de elevar su cantidad de dinero, lo que eleva el reisgo de burbujas e inflación.

    En ese sentido, EEUU tiene una responsabilidad considerable. Acusar al Banco Central de aspirar principalmente a un debilitamiento del dólar con su política monetaria agresiva resulta demasiado limitado. Pero la Fed asume con excesivo agrado que el dólar se erosione como un efecto secundario agradable y, con ella, las necesidades políticas de muchos emergentes en cuanto a estabilidad. La cumbre del G-20 llega justo a tiempo para debatir esto.