Opinión

Editorial: Se rifa una subida de impuestos



    El ministro de Fomento indicaba ayer -en fin de semana, día festivo y el ecuador del mes de agosto- que los impuestos españoles "son muy bajos". Es la enésima avanzadilla del Gobierno socialista hacia un alza de la fiscalidad que muy probablemente traerán bajo el brazo los Presupuestos de 2011. Blanco negó que pensara en una subida de impuestos, pero se afanó en decir que habría que nivelarnos con la UE y que gozamos de buenas infraestructuras y servicios públicos, en relación a los cuales nuestra base impositiva es muy baja.

    El Ejecutivo insiste en las idas y venidas sobre esta materia, pero sin concretar. Ha pasado de vender el populista mensaje de que se elevaría la tributación de las rentas más altas a la indefinición sobre este mismo concepto, el modo, las figuras y las fechas sobre las que se actuará en los cambios fiscales.

    Desde el PP se da por descontada la subida. Algo que pasa cuando no se abraza la austeridad en tiempo y forma y se ponderan mal los estímulos fiscales. Llegados a este punto, el Gobierno debe ya decantarse y dejar de dar pasos adelante y atrás. Ha de decidirse y actuar en consecuencia, dejar de transmitir la inconsistencia de sus cálculos y propósitos. Nada bueno trae a las decisiones de empresas y familias y a su planificación fiscal.

    Las determinaciones que adopte han de tener un mensaje claro, único y conformar un plan de consolidación fiscal creíble. De lo contrario, el Ejecutivo de Zapatero seguirá dañando la imagen de España y la credibilidad de su ajuste, algo que impedirá a nuestra economía seguir la estela de Alemania, siquiera de lejos.