Opinión

Editorial: El comercio chino y las normas españolas



    Tiendas abiertas sin parar, hasta altas horas de la noche, atendidas por una familia, con menores en el mostrador, que venden alcohol fuera del horario permitido. Sería inadmisible en un comercio autóctono, pero no nos extraña en los colmados, almacenes y bazares chinos.

    En varias ciudades españolas se está reaccionando contra esta situación, incluso desde los consistorios, impidiendo la ubicación del comercio asiático en los cascos históricos. Y es que éstas y otras irregularidades son un atentado contra la competencia limpia, contra las garantías del consumidor y contra quienes cumplen escrupulosamente todas las exigencias.

    El comercio chino debe cumplir las leyes españolas y someterse a los mismos controles, directrices e inspecciones que cualquier otro negocio.