Opinión

Carlo de Benedetti: Prensa y web, compañeros de camino y de negocio



    Dice el primero: "Estamos en el mismo barco, nosotros y vosotros los editores. Personalmente, estoy convencido de que la supervivencia del periodismo de alta calidad es esencial para el funcionamiento de una moderna democracia". El segundo le contesta: "Una de mis convicciones es que la democracia se basa en una prensa libre y que goce de buena salud. No quiero depender de una nación de blogueros. Ahora más que nunca necesitamos periodismo profesional". Eric Schmidt, consejero delegado y estratega de Google, y Steve Jobs, fundador y presidente de Apple, comparten , pues, los principios que en Italia se quieren liquidar para siempre. Y si los comparten, ¿significa que están por la labor de aliarse de forma estable con editores y periodistas que pronto deberán darles las gracias por haberlos sacado de una crisis que parecía no tener salida? Antes de contestar, veamos cómo están las cosas.

    En el extranjero, en efecto, la prensa mira al futuro con un poco más de tranquilidad que hace unos meses, cuando el International Herald Tribune escribía que los periodistas son como los obreros del acero de los años sesenta: destinados a desaparecer, aunque no lo sepan.

    Y es que crece la demanda de contenidos profesionales. En el último mes, las páginas web de los periódicos americanos lograron el 57 por ciento de los usuarios (fuente: comScore), con un significativo aumento respecto a 2009. Además, las cuentas del The New York Times salen de los números rojos gracias al aumento de sus ingresos publicitarios online.

    En Europa, la hemorragia de los ejemplares de prensa parece haberse detenido, las empresas se están reestructurando, y los editores han entendido que es necesario obligar a Google a considerarlos compañeros de camino y de negocio y no vacas que ordeñar. Las acciones judiciales para conseguir una compensación equitativa por los contenidos informativos, que atraen usuarios a los buscadores Brin y Page, están influyendo no poco en esta nueva dinámica, poniendo coto a la actitud arrogante de Google respecto a los periódicos.

    Hace poco que está operativo Editor's Picks, vinculado a Google News, que permite a las redacciones insertar sus propios links en las páginas de los buscadores de noticias. Por vez primera, en la galaxia algorítmica de Mountain View se abre una grieta para la intervención periodística humana. Una grieta importante, aunque, por ahora, sólo afecte a los editores con acuerdos específicos.

    Todavía es más significativa la noticia según la cual Google dispondrá pronto de un sistema universal de pago en la web, dedicado a los editores y llamado New Pass, a través del cual los artículos y las suscripciones serán distribuidos en régimen de ingresos compartidos. Transformando, así, las páginas de respuesta del motor de búsqueda en una plataforma de venta, New Pass podría convertirse en el principal adversario del iTunes de Apple. A Steve Jobs no le sentará nada bien, pero se consolará viendo cómo el iPad está pulverizando todos los récords y haciendo víctimas ilustres.

    Por ejemplo, Microsoft y Hp han renunciado a desarrollar Courier e iSlate, sus anunciadísimos tablet. Y está tocada del ala iRex, la empresa holandesa mejor preparada para conquistar el mercado mundial de los e-reader, los dispositivos con tarjeta electrónica.

    Para todos ellos es inútil y frustrante competir en el mismo terreno que Apple, dada la enorme ventaja competitiva que les saca. Con auténticos récords. Por ejemplo, las aplicaciones desarrolladas específicamente para el iPad son 5.000, que se añaden a las 200.000 compartidas con el iPhone. A final de año, la cuota del iPad en el mercado de los tablet será de cerca del 41 por ciento. Según la agencia Bloomberg, a finales de 2010 los iPad activos en el mundo serán 5,5 millones, llegando a los 13 millones al año siguiente. Son más prudentes los analistas de Gartner, para los cuales las ventas del iPad se detendrán en los 4,2 millones. No hay estimaciones fiables para Italia, pero hay quien habla de que serán 300.000 los iPad vendidos a finales de año.

    Siempre que puede, Jobs declara que los periódicos ocupan el centro de sus preocupaciones y, pasando de la teoría a la práctica, añade que el iPad es el instrumento más útil para convencer a la gente de que pague por los contenidos. Para los editores, miel pura, con la condición de que, al menos un tercio de los usuarios del tablet, lo utilice realmente para comprar y leer un periódico, y de ellos muchos sean nuevos lectores o lectores de regreso.

    Volvamos ahora a la pregunta inicial. ¿Será el iPad el que salve a los periodistas, como muchos imaginan tras haberlo tenido entre las manos, o más bien esa misión imposible le corresponderá a Google, como prevé el número de junio de la revista The Atlantic?

    Creo que ni el motor de búsqueda de las mil aplicaciones ni el objeto tecnológico más eficaz y divertido que hay ahora en el mercado podrán conseguirlo por sí solos. Será, en cambio, la sinergia a tres bandas -los dos colosos de la Red más los editores- la que proporcione un futuro a la información profesional. Incluso el mayor editor del mundo, Rupert Murdoch, piensa lo mismo: "Finalmente, podemos caminar juntos".

    Se dan las condiciones para esta sinergia y, sin embargo, lo más probable parece un conflicto a muerte entre Apple y Google. Si el sistema operativo Google Android para teléfonos móviles había sido considerado una indebida invasión del terreno de Apple, Jobs recibirá Google News Pass con una clara declaración de guerra. Mientras tanto, la agencia antitrust americana se está informando por su cuenta sobre el bloqueo en los iPod, en los iPhone y en los iPad de la publicidad recogida en el motor de búsqueda.

    No se puede excluir tampoco que, superada en el mes de mayo por Apple por vez primera en capitalización bursátil, Microsoft no presente batalla. Sin embargo, se equivocarían los que piensen que la empresa dirigida por Steve Ballmer es un coloso tecnológico con sus horas contadas. En 2010, las ventas de ordenadores portátiles en el mundo aumentaron un 22 por ciento para alcanzar un total de 377 millones de aparatos, un tercio de ellos con el sistema operativo Windows 7, mientras la cuota de los dispositivos fabricados por Apple sólo logrará el 3 por ciento del total.

    Por último, los editores. "Cortejados" o, al menos, ya no discriminados, deben sobre todo testar y compartir lo más rápidamente posible las posibles formas de retribuir los contenidos periodísticos en Google y poner límites a las apetencias de Apple sobre los ingresos conseguidos por el éxito de los periódicos en el iPad. Afortunadamente, esta competencia podría hacer crecer la cuota de beneficios de los editores.

    Además, una vez que se moderen los excesos belicosos y se alcancen acuerdos económicos, el balón volverá realmente al campo del que produce los contenidos. Es decir, al final lo que contará será la calidad periodística y la capacidad de adecuar la información a los infinitos retos que la tecnología propone.

    Para llegar a la sofisticación de los diarios actuales se necesitaron cuatrocientos años de éxitos y fracasos. Por ahora, el iPad permite enriquecer con vídeos, galerías fotográficas y gráficos interactivos el producto periodístico que estábamos acostumbrados a comprar en el quiosco y que ahora podemos hojear en el tablet, para poder seguir definiendo, como ningún otro medio, la jerarquía de las noticias y la agenda del día.

    El objetivo es, ahora, el de encontrar una síntesis entre el resultado de aquellos cuatro siglos de inteligencia y el trabajo y las potencialidades digitales. Es decir, los mismos ladrillos informativos tendrán que ser utilizados para edificar productos editoriales diferentes, cada cual con su propia personalidad y función.

    Hay que actuar con rapidez, invirtiendo en lo que ya tenemos a nuestra disposición, porque nadie puede pensar en elevar los costes. En otros países lo están consiguiendo. Pasar el foco de la prensa a las audiencias ha permitido quintuplicar en tres años la cantidad y mejorar la calidad de los contenidos del Daily Telegraph y del Sunday Telegraph. Ahora nos toca a nosotros.

    Carlo de Benedetti, presidente del Grupo L´Espresso.