Opinión

Julio Anguita: La diagnosis de los sabios (IV)



    El Grupo de Reflexión sobre el futuro de la Unión Europea se enfrenta al reto que para sus miembros significa la Renovación del Modelo Social y Económico Europeo y para ello subraya la vigencia de la definición del mismo dada en el Tratado de Lisboa: una "economía social de mercado altamente competitiva".

    Tres son los obstáculos que ven para conseguirlo: los cambios tecnológicos, la mundialización y el envejecimiento de la población europea.

    Por ello, proponen como medida fundamental la reforma del mercado laboral y, en consecuencia, aconsejan: la flexiseguridad, la movilidad laboral y el cambio en la cultura y los métodos de gestión de las empresas.

    La idea central que recorre estos cambios es la de que "no son los puestos de trabajo los que hay que proteger, sino a la persona que pierde el empleo".

    Las nuevas políticas sociales que deben realizar las aspiraciones europeas se centran en demandar el cumplimiento de la legislación europea, la mejora del Eures ( Red Europea de Servicios de Empleo), utilizar mejor los servicios del Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Social Europeo y junto a ello demandar de la comunidad empresarial una autorregulación en el ámbito de la ética o una mejora constante de las condiciones laborales, entre otras.

    Plantean un pacto por el mercado único en torno al protagonismo del Consejo en la coordinación económica y macroeconómica, la supervisión de los presupuestos nacionales y de las instituciones financieras, crear un instrumento financiero para luchar contra la crisis y los choques asimétricos y mejorar la inversión de la Unión Europea.

    El crecimiento económico que los firmantes consideran esencial para la creación de empleo debe ser sostenible y "definido no solamente por el PIB".

    Y todo ello bajo dos ejes de actuación que demandan de los Estados miembros: erradicar las tendencias proteccionistas y caminar hacia una coordinación fiscal.

    Julio Anguita, ex coordinador de IU.