Opinión

Editorial: El estrés de Zapatero, las malas fusiones y la prueba del algodón



    Cinco entidades españolas suspenden las pruebas de esfuerzo a las que han sido sometidas 91 instituciones europeas para probar la solidez del sistema financiero de los estados miembros y que fueron publicadas ayer.

    El estrés de Zapatero ganó muchos enteros, pues la noticia supone un nuevo y duro varapalo para el Gobierno socialista, que esta semana sacaba pecho de que la banca española saldría bien parada.

    En este sentido se pronunció hace unos días la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, al manifestar que confiaba en que ninguna entidad española suspendería. Pero no sólo hacen aguas ahí los argumentos del Ejecutivo. El presidente en su día se vanaglorió de haber conducido a los socios europeos a la presentación de las pruebas de esfuerzo, con el fin de demostrar la mayor solidez de la banca española.

    Las pruebas cantan

    A secas, no hay ningún indicio de que sea mejor que la griega o la alemana, donde se encuentran las dos entidades suspensas. También nos ha vendido Zapatero una imagen irreal de nuestros primeros espadas de la banca, al asegurar que Santander y BBVA eran las dos primeras entidades de Europa. Las pruebas cantaron ayer. Estos dos titanes ocupan realmente el quinto y el décimo puesto entre los grandes de Europa, respectivamente. Queda patente que el Gobierno nos viene transmitiendo una imagen falsa de nuestro sector financiero.

    No podemos olvidar que hay tan sólo siete suspensos entre 91 entidades y cinco son españoles. Se trata en todos los casos del sector de las cajas de ahorros. Así, por un lado, la integración de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa; por otro, la fusión catalana de Sabadell, Terrassa y Manlleu (Unnim); la unión de las cajas castellanas Duero y España, el SIP o fusión fría de Banca Cívica y, finalmente, la intervenida CajaSur. Queda patente de nuevo que el sector financiero español no está tan sano como los políticos y el Banco de España nos han hecho creer, ni mucho menos es el más perfecto de Europa, aun tras disponerse las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. Por otra parte, los test de esfuerzo europeos desenmascararon ayer las debilidades de las fusiones regionales intramuros, forzadas por presiones políticas, lo que demuestra que las uniones de entidades han de hacerse primando los criterios económicos sobre los políticos y los intereses regionales. Además, hay que recordar que los resultados de las pruebas de esfuerzo, más desfavorables de lo previsto, serían aún peores si el Comité de Supervisores Bancarios Europeos no hubiera computado las ayudas captadas del Frob como capital de primera categoría o Tier 1, una maniobra considerada "discutible" por muchos expertos y que, de no adoptarse, hubiera empeorado la foto de las cajas de ahorros españolas.

    Quien nos quita el sueño, la verdadera prueba

    Tras los tests de estrés, los bancos españoles nos dan la tranquilidad que nos quitan las cajas de ahorros. La motivación de las pruebas era, por una parte, la transparencia: reflejar la imagen fiel de las instituciones bancarias europeas. Tras ese afán, se buscaba recuperar la confianza en ellas. Pese a los pinchazos españoles conocidos ayer, lo cierto es que en líneas generales la situación española es manejable y que frente a cifras superiores que se barajaban, para sanear las cajas se necesita una inyección de 2.043 millones. Ahora, tras estos exámenes, viene la verdadera prueba del algodón. Conocidas ya por todos las posiciones, fortalezas y debilidades de las entidades finacieras, el verdadero test es que sean capaces de empezar a dejar fluir el crédito. Mientras siga seco, los test estarán diciendo una cosa, pero la confianza real de las entidades en sí mismas estará diciendo otra. Si los bancos están sanos, en unas semanas el crédito debe animarse.