Opinión

Mariano Guindal: El intercambio



    Felipe González me comentó, cuando era presidente de Gobierno, que la publicación de las quinielas a la hora de afrontar un cambio de Gobierno le venían muy bien. "Me dais ideas". José Luis Rodríguez Zapatero no piensa igual, por lo visto le sienta mal que estas cosas se publiquen en los medios de comunicación: "A mí no me hace el Gobierno nadie". No necesita ideas, como todos sabemos.

    A pesar de todo me atrevo a sugerirle algunos nombres. En primer lugar, el diagnóstico. El problema de España y de su Gobierno es la falta de credibilidad. Por tanto, hay que recuperarla y para ello es necesario colocar a su mejor político en el sitio más visible: vicepresidente y portavoz de Gobierno. Ese puesto sólo puede ser para: Alfredo Pérez Rubalcaba. El hueco que deja en Interior lo podría ocupar Ramón Jáuregui.

    Los tres vicepresidentes actuales -De la Vega, Salgado y Chaves- a su casa para descansar de tanto estrés. Para Economía se necesita a una persona con crédito internacional: Joaquín Almunia, está claro que no quiere, que está muy cómodo como vicepresidente europeo, pero en política no se entra para estar cómodo sino porque se tiene vocación de servicio. ¡Joaquín, la patria te reclama!

    Si a pesar de todo se sigue negando, habría que conformarse con Miguel Sebastián. El hueco en Industria lo cubriría con Cristina Garmendia, tras su fusión con Tecnología y pasar los paquetes de energía a Economía y de ciencia a Educación. Vivienda pasaría a Fomento, que seguiría en manos de Pepe Blanco. Para Trabajo y Seguridad Social esta clarísimo, el mejor sin lugar a dudas es Octavio Granado. Si se sigue negando como en el pasado, se le recuerda que el horno no está para bollos y que le ha tocado. Además, tendría que absorber el Ministerio de Igualdad. ¿Y Gaspar Zarrías?, como mucho a Agricultura.

    Mariano Guindal, periodista económico.