Opinión
Íñigo Sagardoy: Materialmente insuficiente
La reforma laboral recientemente aprobada por Real Decreto Ley 10/2010 se puede considerar positiva por la oportunidad de su realización y por dar respuesta a las demandas tanto internas como internacionales sobre un cambio necesario en nuestro mercado de trabajo.
Una lectura urgente de su contenido demuestra que han existido cambios sustanciales, sobre todo en materia de coste del despido y en la penalización de la contratación laboral. En este sentido, se trata de una reforma preventiva de la destrucción de empleo y la eliminación de la dualidad de nuestro mercado laboral, pero estos objetivos a cumplir quedan minimizados por la tardanza en su aprobación y porque el nuevo régimen legal se va a aplicar exclusivamente a los nuevos contratos celebrados a partir de hoy, con lo que se trata de una reforma de efectos tardíos y no inmediatos.
Evidentemente, se han conseguido avances importantes en materia de contratación y extinción del contrato, incluso con un previsible cambio práctico del despido express que se hará pivotar en el despido objetivo y no en el despido disciplinario, pero con todo se echan en falta regulaciones ambiciosas en materia de negociación colectiva, tiempo parcial, y modificación de condiciones laborales.
En definitiva, reforma laboral sí, pero con dudosos efectos, siendo de esperar modificaciones en el trámite parlamentario.
Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados.