Opinión

Juan Ignacio Sanz Caballero: La última mano



    Como si de una partida de cartas se tratara, aunque es obvio que no lo es. O quizá me equivoque y la reordenación que está llevando a cabo en el panorama de las cajas de ahorros sí que tenga algo, bastante incluso, de partida de cartas. Al menos, algún que otro ejemplo se me ocurre de órdagos lanzados con anterioridad.

    Caja Madrid y Bancaja

    Y la asociación entre Caja Madrid y Bancaja creo yo, desde fuera de la operación, que tiene algo de última mano de la partida. Máxime cuando su tiempo empieza a estar próximo al final. Da la sensación del golpe de mano con el que se quiere poner fin a la partida del Frob y constituir una entidad de primerísima capacidad y potencia en el sector.

    Elogio merece en todo caso cualquier integración entre entidades de distintas comunidades autónomas cuyo potencial de sinergias, cuando menos, es distinto a las de las operaciones entre entidades de una misma comunidad.

    Incluso me atrevería a señalar que la nueva operación entre Caja Madrid y Bancaja puede ejercer una fuerte atracción respecto de otras entidades que, hasta ahora, no habían encontrado su oportunidad de integración.

    O para las que, habiéndose integrado, se vean superadas por la duración de esta situación. Pues cualquier tamaño y cualquier combinación devienen pequeños por causa de la prolongación de la actual situación, así como del efecto que el desempleo y la morosidad ocasionan en el sector, que no es otro que una permanente y acentuada erosión.

    Para que luego este tipo de integración merezca el calificativo de fría en el sector. Seguro que, a fecha de hoy, pocos termómetros andan tan encendidos como el de las cajas de ahorros. Aunque, como esto se prolongue, el termómetro de los bancos también superará su particular Rubicón.

    Juan Ignacio Sanz Caballero, profesor de Banca y Mercado de Valores. Facultad de Derecho de ESADE.