Opinión

Editorial: El Gobierno gana el pulso



    Los sindicatos han dinamitado su credibilidad con la limitada participación en la huelga de funcionarios. Al margen de la guerra de cifras sobre su seguimiento, apenas un 11 por ciento secundó la jornada de paro según datos del Gobierno. Un fracaso que cuestiona el poder de las organizaciones de trabajadores.

    La percepción es que perder un día de sueldo cuando se es mileurista no compensa. Además, los ingresos del Estado caen, los mercados desconfían de España y el euro está en peligro, por no hablar del brutal aumento de desempleo en nuestro país. Por todo esto, es irresponsable que el personal de las Administraciones Públicas, que es el que tiene el trabajo asegurado, permanezca impasible ante esta realidad manteniendo su capacidad adquisitiva y sólo sea el sector privado el que sufra los recortes.

    La rebaja salarial se enmarca dentro del esfuerzo nacional, algo inevitable ante un déficit descontrolado. Zapatero debe tomar medidas de más calado como recomienda el Eurogrupo, en línea con lo planteado países como Reino Unido y Alemania. Esta huelga que quería ser el preludio de un paro general ha sido inoportuna e innecesaria. Y de cara a la reforma laboral, no se pueden consentir las constantes amenazas de más manifestaciones dirigidas hacia el Gobierno por parte de los sindicatos tras dos años vacuos de Diálogo Social.

    Ahora, el Ejecutivo quiere negociar con los partidos la legislación del mercado de trabajo. Pero al igual que ha hecho con los funcionarios, Zapatero debe tomar las medidas para el bien común ignorando a las minorías. Ha de aprobar por sí solo un decreto que dinamice la creación de empleo de una vez por todas.