Opinión
Editorial: Riesgo de reforma laboral 'light'
El presidente del Gobierno intenta negociar con los sindicatos para alcanzar una suerte de ruptura pactada. Zapatero persigue proteger su malparada imagen social al tiempo que los sindicatos son conscientes de que éste no es el momento de convocar una huelga general. UGT y CCOO ya acceden a cuestiones como la generalización del contrato con indemnización de 33 días.
Sin embargo, estas conversaciones presentan el serio riesgo de que se termine acordando una reforma laboral light que ni solucione ni convenza. Alertado por esta situación, el grupo de economistas de Fedea ha redoblado sus esfuerzos en estos días para dejar constancia de qué se debe aprobar. No es una cuestión ideológica. Cualquier técnico sabe apuntar las medidas necesarias. Hay que reformar la negociación colectiva para que aborde todas las condiciones de trabajo y se haga en la empresa, eliminando toda la tupida red de convenios sectoriales y provinciales que impiden la flexibilidad.
Y parece lógico que la reforma incorpore un contrato único que adquiera derechos progresivamente. Pero el mayor peligro está en la judicialización de las relaciones laborales. Definir bien las razones del despido para que un juez pueda aprobarlo es una misión imposible.
Por mucho que se cambie la ley, siempre resulta muy difícil determinar la interpretación de un juez. Por ejemplo: si se argumentan pérdidas, también se puede cuestionar que éstas sean reales.
Al final, puede complicarse aún más el entramado de las relaciones laborales. Hay que sacar los despidos de los tribunales, lo que permite a las empresas tomar decisiones antes de que su gangrena se extienda.