Opinión
Editorial: La intervención de Blanco
No todos los miembros del Gobierno sufren pesadillas. El ministro que mejor capea la crisis hizo ayer en El Ágora de elEconomista una exhibición de sentido común. Blanco explicó que se acaba el dinero para los proyectos que no supongan una mejora de la eficiencia: no habrá fondos para trenes que marchen vacíos.
Fomento ha girado su discurso en 180 grados, pues pasa en poco tiempo de prometer inversiones millonarias a convertirse en el Ministerio sujeto a más recortes. Algo muy justificado, porque España está bien dotada de infraestructuras en relación a otros países. Tal y como ya hacen, ahora las empresas deben aprovechar su expertise para competir en el extranjero. El propio Blanco se ha ofrecido a mediar en Brasil o EEUU para que pujen allí. Respecto a la reforma laboral, Blanco afirmó que el Gobierno está preparado para regular por decreto, lo que tiene el aspecto positivo de que se valoraría mejor desde fuera.
El Ejecutivo lo hará antes del 11 de junio para presentarlo en el Ecofin. ¡Aleluya! Por fin se deciden. Además, Blanco anunció que se penalizará el contrato temporal, pero en ese punto hay que tener cuidado y no dañar a quienes lo necesitan.
Mejor recurrir a la negociación colectiva: una reforma que no la toque sería un fracaso, porque ésta brindaría a las empresas la flexibilidad para cambiar horarios, sueldos, condiciones, tareas y resdistribuir la carga de trabajo. Y el Gobierno no debe privar a la empresa del despido exprés, que elimina incertidumbres. Sólo puede hacerlo con la redefinición de las razones objetivas para el despido, pero esto tendría que esperar ¡más de un año! a que los jueces las interpreten...