Opinión

Ricardo Pérez: ¿Puede Nokia competir con el iPad?



    Durante el pasado congreso mundial de móviles en Barcelona, Nokia e Intel desvelaban sus planes de desarrollar de forma conjunta software para dispositivos de todo tipo, con la vista puesta en competir con Apple y Google.

    Nokia da un paso más en su estrategia de crear una plataforma tecnológica que le devuelva la iniciativa en el mercado más interesante hoy, los smartphones como el iPhone, y en nuevos mercados, como el que acaba de inaugurar el iPad.

    ¿Pérdida de liderazgo?

    No se preocupen, casi no voy a hablar del iPad, sino de Nokia y de su posición en el mercado actual. Es la historia de qué le puede pasar a una empresa líder si define de forma incorrecta a qué juego empresarial está jugando.

    La pérdida de liderazgo que esto ocasiona la han sufrido otros, le pasó en su día a Sony con los reproductores musicales y, de nuevo, con las videoconsolas en los últimos dos años. Nokia había hecho un gran trabajo definiendo las diferentes plataformas tecnológicas con las que ganar en el mercado de móviles. Symbian, su pieza clave, ha sido también su perdición. Me explico.

    Nokia había definido las reglas en el mercado de los teléfonos de alta gama previos al iPhone. Había creado una alianza para producir el software de base (sistema operativo) con el que funcionaban los teléfonos -Symbian, en teoría neutral y participada por muchas empresas del mercado-.

    Astuta competencia

    Se había asegurado además de que lo que los usuarios veían en el teléfono al operar los menús -la interfaz de usuario- fuese desarrollo y patrimonio de cada uno de los socios de Symbian, que no podría entrar en este terreno. Las reglas eran claras y beneficiaban a Nokia en un mercado donde se competía en calidad de la electrónica y utilidades adicionales del teléfono (mejor cámara, GPS...)

    Pero el mercado ha cambiado. Muy rápido. Y la llegada del iPhone ha hecho que el cambio se acelere: se compite por la integración de la interfaz de usuario con las funciones del teléfono. Por encima, las aplicaciones generadas por terceros, añaden valor al terminal y se perciben como la forma preferida de personalizarlo. Justo lo único que Nokia no podía controlar bien al ser Symbian una empresa independiente.

    Desde finales de 2008 han cambiado muchas cosas. Symbian fue comprada por Nokia y convertida en fundación. Se anunció la alianza con Intel. Se buscó el apoyo de las comunidades de desarrollo para que viesen al nuevo sistema como un buen aliado para llegar a muchos dispositivos al tiempo. Sin embargo, la realidad es testaruda y los resultados aún no llegan. Mientras tanto, en el área de teléfonos inteligentes todavía no han encontrado la receta, falta capturar la imaginación del cliente.

    Apuesta firme por el iPad

    Y ahora Nokia anuncia que quiere competir con el iPad. Apple ha vuelto a cambiar nuestra experiencia de relación con los ordenadores. Ha creado una nueva categoría y está forzando a la industria a cambiar. Nokia ha emprendido las acciones adecuadas. Si consigue crear una plataforma competitiva con su software MeeGo y un dispositivo que realmente cambie las reglas en usabilidad, todavía puede reponerse.

    En Europa y Asia sigue siendo líder y sus ventas de terminales son millonarias. Esperemos que su ejecución sea mejor que con el mini-portátil que lanzó hace unos meses, donde no aportaba prácticamente nada nuevo, a un precio muy alto y con acuerdos con operadoras poco atractivos.

    El peso del poder en la industria de los cacharros móviles ha cambiado. Nokia seguirá siendo líder en ventas en el mundo, pero ha perdido la corona como la empresa a imitar. Ahora les toca cambiar hacia lo que anunciaron dos años atrás y todavía no han logrado: ser una empresa de servicios móviles que ofrece mucho que ganar a sus socios y que lidera la innovación en las vidas conectadas de sus clientes.

    Y no hemos hablado del tercero en discordia, Google, que con Android, su sistema operativo para móviles y similares, no busca ganar dinero directamente, sino extender el uso de la internet móvil y la perfecta integración de sus aplicaciones. Un enemigo imponente con ingresos crecientes y muchos incentivos para potenciar su plataforma, de verdad neutral, abierta y gratuita. Pero eso ya complica demasiado la historia.

    Ricardo Pérez, profesor de Sistemas y Tecnologías de la Información del IE Business School.