Opinión

Gregorio Izquierdo Llanes: ¿Se han salvado los 'PIGS'?



    El acuerdo de emergencia cofinanciado por los países de la Eurozona y el FMI para salvar a Grecia ha contribuido a estabilizar los mercados no sólo del país heleno, sino también de aquellos otros países que estaban bajo sospecha.

    De las alternativas disponibles, no se ha optado por la mejor, la de la intervención reglada del FMI, con su cláusula de condicionalidad, sino por un compromiso político de ayuda en el contexto del paraguas del euro.

    En el desenlace último estamos todos implicados, porque después de Grecia, parece que va Portugal y nosotros no estamos lejos. El contraejemplo parece que empieza a ser Irlanda, que enseguida asumió sus responsabilidades, ajustando su gasto público, sembrando así su salida de la crisis.

    Rescate y deberes para Grecia

    En lo que respecta al futuro, no podemos confundirnos y pensar que el precedente de la intervención generará derechos, y menos cuando el marco institucional no lo ampara de forma reglada. De hecho, las condiciones impuestas han sido relativamente duras. El rescate no se ha planteado como una subvención a fondo perdido sino como un préstamo en condiciones (5% no demasiado alejadas de mercado (6,5%).

    Lo que se ha visto es que los contribuyentes alemanes están cada vez menos dispuestos a soportar facturas ajenas, sobre todo de países periféricos y del sur de Europa, incluso en una situación como la griega en la que la banca germana estaba muy posicionada, lo cual no sucedería en otros casos que todos tenemos en mente.

    No deberían echar las campanas al vuelo tampoco los que han tomado posiciones en Grecia, pensando que al final alguien pagaría. Aunque se haga de forma más o menos ordenada, es inevitable un proceso de reestructuración de su deuda a un nivel que la misma sea asumible.

    El proceso de rescate se ha puesto en marcha, pero aún queda mucho partido. Si Grecia sigue sin hacer sus deberes de ajustarse y controlar el gasto, volverá a tener problemas en un plazo muy próximo, con lo que sólo se habría retrasado en el tiempo el desastre. Y aquí no habrá soluciones intermedias, ya que el único equilibro alternativo es el de una vertiginosa subida del riesgo país, hasta llegar al default y/o su salida del euro, una vez que se hayan pasado los siempre transitorios efectos placebo del rescate sobre los mercados.

    Ajustes vitales 

    Grecia se enfrenta a un inevitable, doloroso y prolongado ajuste fiscal y laboral, por mucho que se resistan sus agentes sociales, en el que corrijan el despropósito de haberse convertido en uno de los países desarrollados con mercados más inter- venidos, con mayor control público en la vida económica y superiores niveles de déficit y deuda pública.

    Su restricción de la financiación internacional sólo puede revertirse recuperando la credibilidad perdida, y para ello es inexcusable acometer los esfuerzos de estabilización macroeconómica y ajustes microeconómicos, a los que hasta ahora, de forma miope, se han negado.

    Gregorio Izquierdo Llanes, director del Servicio de Estudios del IIEE y profesor titular de Economía Aplicada de la UNED.