J.R. Pin Arboledas: Cataluña funcionarial

En nueve trimestres de crisis, hasta diciembre de 2009, Cataluña ha sido la autonomía que más empleo público ha creado y más puestos de trabajo privados ha destruido. En ese periodo, su sector público aumentó en 53.700 personas y el privado se redujo en 365.400. Además, su tasa de paro llegó al 17,4 por ciento a final de 2009, un aumento anual del 41,1 por ciento de desempleados. Eso a pesar de haber disminuido su población activa en 75.300 personas el año pasado.

La tendencia es preocupante. Cataluña , junto con el País Vasco, ha sido históricamente un vivero empresarial. En los años cincuenta y sesenta se fundaron las primeras Business School de España; un signo de su vocación. Algunos de los sectores económicos más significativos tienen allí sus raíces. Tradicionalmente sus mejores talentos aspiraban a una brillante carrera directiva, montar su propia empresa o regir el negocio familiar.

Había buenos funcionarios catalanes, pero no eran mayoritarios. Ahora es más corriente encontrarlos. Tengo amigos catalanes, buenos profesionales, jubilados o prejubilados, que miran con cierta pelusa, cuando no envidia, a algunos de sus compañeros que a lo largo de estos años se han funcionariado. Estos últimos se jubilan a los setenta años, voluntariamente desde los 65, tienen asegurado el sueldo, y un horario que hace compatible la vida personal, familiar y profesional. Algunos se preguntan si mereció la pena el riesgo de su aventura en el sector privado.

Con ser esto preocupante, más lo son las últimas encuestas a los estudiantes universitarios. El crecimiento de las vocaciones funcionariales entre ellos es significativo. Los gobiernos autonómicos y municipales son otro factor de funcionarización al aumentar sus OPE (Oferta Pública de Empleo). Es verdad que en épocas de crisis es lo normal, pero si la tendencia se acentúa será grave, porque los españoles, incluidos los catalanes, necesitamos que Cataluña siga siendo un polo empresarial.