Opinión

J. R. Pin Arboledas: Reforma: negocio para laboralistas



    El documento se llama Líneas de Actuación en el Mercado de Trabajo para su Discusión con los Interlocutores Sociales en el Marco del Diálogo Social. Un título sofisticado y largo. ¿Responde a su contenido? En principio, sí: son líneas, ningún analista ha dicho que tenga más sustancia. También puede servir para discutir en el marco del diálogo social. Al no decir nada concreto, todos pueden aceptarlas. ¿Actuaciones? Eso es otra cosa. Ya veremos en qué queda. Lo dijo el presidente: es un documento para negociar. ¿Qué tipo de acuerdo posibilita?

    He asistido a muchas negociaciones. Antes de empezar, cada participante debe analizar lo que se llama su VIA. Hay cosas que son Vitales, ninguna de las partes puede ceder en ellas. Hay cosas Importantes, todas las partes querrían llevarse el agua a su molino, pero pueden ceder en algo. Y hay cosas Accesorias, si alguien las consigue, bien; si no, también. Cada parte debe conocer sus áreas vitales e intuir las de los otros para avanzar la negociación. Así es posible facilitar firmeza a cada uno y acordar en lo demás. Analicemos qué negociación permite este documento:

    Para UGT y CCOO son vitales los llamados derechos de los trabajadores, concretados en la indemnización general de 45 días por año trabajado en despidos improcedentes de contratos indefinidos. Eso ni tocarlo. Para CEOE y Cepyme es vital encontrar caminos de flexibilidad en casos de empresas con dificultades y ampliar los casos en que se despide con indemnizaciones de 33 o 20 días. Para el Gobierno es vital conseguir un acuerdo que le permita salir de la sensación de inanición en que se encuentra, también proteger el INEM y evitar un conflicto con sus funcionarios ¿Es posible compaginar todas estas aspiraciones? Parece que sí, no hay contradicciones en temas vitales. Por tanto, el juego negociador está en que cada parte gane posiciones en cosas importantes manteniendo esas posiciones. ¿Cómo?

    Puesto que CCOO y UGT deben ceder en las vías extraordinarias de despido, necesitan garantías de que no van a ser un coladero; querrán regulaciones legales, vigilancia sindical y control administrativo. Eso complicará los accesos jurídicos al despido por causas objetivas; entre ellas, las económicas. Es decir, serán más complejos y se necesitarán especialistas para alcanzarlos. Más negocio para expertos: abogados laboralistas, negociadores de RRHH asesores de sindicatos y empresas, etc.

    Para CEOE y Cepyme es importante reducir el coste del trabajo. Pedirán disminuir las cuotas de la Seguridad Social. El Gobierno hará números y ofrecerá algo. Poco, porque las cuentas no están para alegrías. También querrán que la Administración pague prestaciones por desempleo parciales en los ERE de reducción de jornada, el llamado modelo alemán. Es muy posible que lo consigan, pero el Estado querrá tener garantías para controlar las prestaciones. Lo hará con más regulaciones.

    Otro tema que hay que avanzar por parte de los patronos es la entrada en la intermediación laboral privada. Es un negocio y, probablemente, un sistema eficiente a la hora de encontrar trabajo por desempleados. Se dictarán normas que eviten el intrusismo y den calidad a estos servicios; control por parte de la Administración. Más regulación y negocio para expertos.

    Para el Gobierno, es importante sacar desempleados de las listas del paro. El modelo alemán le sirve: están desempleados parcialmente, no en el paro. ¡Adelante! Además, ofrecerá incentivos económicos para contratos con determinados colectivos (jóvenes, víctimas de violencia de genero?) para dar un tinte social a la reforma. Los otros interlocutores no pueden decir que no.

    También el Gobierno querrá defender la existencia de un INEM compatible con los nuevos intermediarios privados del mercado laboral. En esto, la negociación será compleja, los sindicatos pedirán garantías de que no se va a desmontar esta parte del sector público.

    Parece que la negociación es posible. No obstante, el acuerdo será profuso, lleno de nuevas regulaciones y cautelas; ni muy brillante ni muy eficaz. Ya lo dijo el ministro Corbacho, la reforma laboral no asegura la bajada del desempleo, pero sin ella no descenderá. No es seguro, pero a lo mejor con todo esto sube algo el empleo. Por lo menos, el de los laboralistas está asegurado.

    J. R. Pin Arboledas, profesor del IESE.