Opinión
2010 será año de cierres de empresas
En España sólo hay 4.900 grandes empresas. El resto de nuestro tejido empresarial está formado por pymes y microempresas. El tráfico mercantil de las pymes ha descendido en los nueve primeros meses del año un 33 por ciento. Esto es una barbaridad. Lo que resulta sorprendente es que con esa caída no hayan cerrado muchas más empresas, su resistencia está siendo numantina.
El crédito de la banca se ha cerrado para este tipo de compañías, los bancos no quieren descontar para ellas papel, ni siquiera el de las empresas grandes ni de las Administraciones públicas.
Si te caen un 30 por ciento las ventas y no puedes descontar el papel del que te paga a 90 días, es muy difícil tener la liquidez para pagar a tus empleados. Se vacía la caja, pues la nómina hay que abonarla y sigues teniendo que comprar cosas para aprovisionarte. Los ingresos no aparecen, pero los gastos continúan. Para colmo, el Estado te cobra un IVA que no se ha recibido. En tal escenario, la situación es límite para las empresas.
Este año 2009, las pymes han sufrido de manera especial y, junto a ellas, lo han hecho de forma más dramática los casi dos millones de trabajadores que han perdido su empleo. No sé lo que traerá el 2010, pero no me parece que la actitud de los bancos y cajas vaya a cambiar porque cada vez tienen más mora; tampoco creo que los españoles vayan a aumentar su consumo; y nuestros gobernantes no parece que estén por ayudar con medidas efectivas para las empresas (más bien consideran a éstas culpables de lo que sucede).
El temporal pasará
Se podría aliviar la situación para evitar que una empresa con, por ejemplo, 100 empleados eche el cierre si pudiese despedir a los 20 empleados que ahora no tienen trabajo a causa de la caída de facturación; pero eso en España requiere que se les indemnice por los años trabajados y, como la empresa no tiene dinero para hacerlo por las circunstancias comentadas, se quedarán los 20 dentro y, al poco tiempo, vendrá la insolvencia, y se tendrán que ir los 100 a la calle. Es absurdo que por proteger el puesto de 20 se pierda el trabajo de 100. Pero es lo que hay.
Es verdad que este temporal pasará, tal vez en dos o tres años, y que la manera de capearlo es inyectando capital nuevo que permita aguantar el tirón. Deuda ya sabemos que no hay, las empresas necesitan capital, inversores que aumenten los recursos propios.
Algunos empresarios están buscando capital, muchos no. Están paralizados, esperando angustiados (mientras ven que se quedan sin recursos) algún tipo de milagro o cambio de tendencia en la economía. Pero no tomar decisiones es también una decisión que tiene sus consecuencias. En esta ocasión, graves consecuencias. Por eso, vamos a ver un 2010 cargado de cierres de empresas. Subirá el desempleo y habrá mucho sufrimiento. El tejido empresarial se recompondrá, pero habrá quedado una clara pérdida de riqueza y una buena dosis de sufrimiento.
Creo que se puede evitar, pero no parece que haya voluntad política para ello. Por si alguien escucha, propongo algunas medidas que servirían:
1. Bajar los impuestos de las pymes al 15 por ciento. Así podrían vender más barato y exportar más. Ganarían en competitividad. Se salvarían empleos.
2. Crear un fondo de capital riesgo Público de 10.000 millones de euros para invertir en pymes con buenos modelos de negocio y problemas puntuales de liquidez. A un millón por empresa se puede ayudar a 10.000 empresas, y los contribuyentes (cuando vendamos al cabo de cinco años nuestra participación) ganaremos dinero, tal vez con rentabilidades del 25 por ciento, pues ahora se puede invertir barato. Eso ayudará hoy a salvar empleo y mañana a recuperar las cuentas públicas.
3. Obligar a las Administraciones públicas desde enero de 2010 a pagar a un máximo de 30 días y a las empresas a un máximo de 60 días, con multas por incumplimiento y juicios más rápidos y efectivos en caso de impago. De esta manera se frenaría el círculo vicioso de mora que ha impregnado a nuestra economía y que estrangula a tantas empresas.
4. Dar ventajas fiscales a los inversores que inviertan en el Mercado Alternativo Bursátil para empresas en expansión (es decir, pymes).
5. Fomentar que aquellas empresas a las que les ha caído la actividad por ventas puedan dar excedencias temporales a sus trabajadores, con ventajas fiscales para empresas y subvenciones puntuales a trabajadores en esa situación.
6. Usar el Frob ya para capitalizar esas cajas que tienen verdaderos problemas de solvencia y que, como consecuencia, están cortando la financiación a las empresas.
Son sólo algunas ideas para reactivar la economía, para ayudar a la competitividad de las empresas y poner freno al chorreo de concursos de acreedores. Cuando las empresas vendan y exporten, entonces tanto ellas como sus trabajadores pagarán impuestos y se recuperarán las cuentas públicas. Mientras no despegue la economía, subiendo impuestos solo estrangulamos más al sistema.