Opinión
La batalla por el comercio local como símbolo de la soberanía digital europea
Ricardo Rodríguez Contreras
Basta caminar por las calles comerciales de cualquier ciudad española para constatar una realidad: los confinamientos y restricciones para luchar contra la pandemia han puesto al comercio de proximidad al borde del precipicio. Según la Confederación Española de Comercio unos 67.500 establecimientos, el 15% del total, ya han cerrado para siempre. Y a corto plazo podrían caer casi 50.000 más, calcula la misma fuente. Uno de cada cuatro comercios podría desaparecer en apenas un año.
La consecuencia más evidente de este problema es laboral: simplemente, muchas familias no tienen muy claro cómo ganarse a partir de ahora la vida. Pero hay más consecuencias, y de impacto más amplio. La destrucción de gran parte del comercio de proximidad es también un desgarrón al tejido social y económico de nuestras ciudades. Perdemos empleo de calidad, ingresos fiscales, actividad en las calles y, en muchos casos, patrimonio sentimental.
Por todo ello, desde la Asociación Europea para la Transición Digital (AETD), una organización de ciudadanos que promueve la soberanía digital de la UE, hemos lanzado estas semanas una campaña en las cuatro principales economías de la Unión -España, Francia, Italia y Alemania-. Con el lema 'Salva tu zona' queremos defender el comercio de proximidad, frente al modelo, cada más presente y prepotente, de los gigantes del comercio electrónico.
Para muchos de estos negocios, esta Navidad no es simplemente el periodo con más ventas del año; en esta Navidad, se juegan su supervivencia. Por eso, hemos escrito a cientos de alcaldes de la Unión Europea (UE) para reclamarles que den ejemplo y realicen un compromiso público y claro: que pidan a sus vecinos que compren en el comercio local antes que en los gigantes del comercio electrónico no europeos. Es un paso que ya han dado alcaldesas de ciudades tan significativas como Barcelona y París, y, más recientemente y a raíz de nuestra campaña, José Antonio Díez, primer edil de León.
Revolución tecnológica
Todos somos conscientes de que la revolución tecnológica y digital está generando cambios y disrupciones en la economía, el mundo empresarial, las relaciones laborales y las formas de consumo. Para la AETD, lo que está sucediendo en el comercio es representativo de los efectos indeseados de un proceso de digitalización salvaje e inequitativo, en definitiva, sin reglas iguales para todos. Existe una preocupación creciente por el enorme poder de plataformas de origen no europeo que operan con un modelo fiscal y laboral muy discutible y que, como el caballo de Atila, por donde pasan no dejan crecer la hierba, abusando de su dominio de mercado y cercenando la innovación local.
Además de gran parte de nuestro comercio de proximidad urbano, los ciudadanos, las empresas y los Estados miembros de la UE estamos perdiendo el control sobre nuestros datos y sobre la capacidad de innovar en el entorno digital, apropiados por gigantes tecnológicos con más poder financiero que muchos Estados del planeta.
Promoviendo debates y generando alianzas, la AETD apoya el fortalecimiento del liderazgo y de la autonomía estratégica de la UE en el campo digital. Porque quizás lo único positivo que ha traído la pandemia ha sido la aceleración de la incipiente conformación de una soberanía digital europea, como muchos Estados reclaman y refleja los recientes paquetes de propuestas elaborados por la Comisión Europea.
Los ciudadanos europeos tenemos que recuperar el control efectivo sobre nuestros datos, las empresas tienen que poder desarrollarse tecnológicamente y competir en igualdad de condiciones, y los gobiernos tienen que poder hacer cumplir sus leyes. Y es en este contexto donde la batalla por el comercio local significa apostar por una transición digital justa y solidaria, inclusiva y ética, que no tiene que estar reñida con la competitividad. Una transición que respete las normas y valores fundamentales europeos.
Eso es lo que está en juego cuando estas navidades apoyamos al comercio local. Tenemos que reaccionar. Antes de que sea demasiado tarde y un día salgamos a la calle y nos encontremos con unas ciudades, con unas sociedades, que responden a intereses y culturas ajenos.