Opinión

Impulso a la digitalización de las empresas

    Las empresas deben impulsar su digitalización para hacer frente a la crisis generada por el coronavirus

    Carlos Tur

    El coronavirus pone en jaque a compañías, países y regiones enteras del mundo, amenazando tanto los resultados de las empresas como la economía en general. La mayoría de las empresas ya tenían planes de contingencia y de continuidad del negocio para situaciones adversas, pero muchas están experimentando interrupciones inesperadas en la cadena de suministro que ponen en peligro su actividad y, lo que es aún peor, sectores económicos enteros.

    Ahora bien, en momentos como estos los ingresos pueden disminuir, pero los gastos no. Además de gestionar la continuidad del suministro, es el momento de que las empresas con dificultades financieras optimicen sus gastos mediante la correcta gestión de las cadenas de suministro, por un lado, y la transformación tecnológica, por otro.

    La tecnología ayudará a que las compañías se adapten a un entorno incierto

    Y es que, conforme esta situación vaya evolucionando, muchas empresas cambiarán la forma de administrar sus cadenas de suministro. Es importante tener en cuenta el riesgo y la resiliencia en las estrategias de aprovisionamiento, especialmente en la compra de material directo. Michael Larner, analista principal de ABI Research, afirma que para mitigar los riesgos de suministros, los fabricantes no sólo no deben tener un único proveedor para un material, sino que tal y como ha puesto de relieve el Covid-19, es necesario diversificar las ubicaciones geográficas.

    En este contexto, cabe preguntarse si la madurez tecnológica de las empresas es un factor positivo para hacer frente con más solvencia a la crisis actual. Es decir, si están dispuestas a superar métodos como la elección de proveedores de toda la vida sin fomentar la competencia de mercado, la compra física, el uso del papel y el fax en las transacciones... Sistemas del siglo XX que en el XXI parecen poco competitivos para hacer frente a esta amenaza.

    En nuestro informe de 2019 Transformación digital en compras: ¿en qué punto estamos?, revelábamos que solo el 2% de compañías habían automatizado completamente sus procesos. Según pudimos saber, el 83% de las compañías admitían no estar aprovechando todo el potencial de automatizar los procesos de compras, aunque la mayoría de ellas disponen ya del nivel tecnológico necesario.

    Es verdad que España no figura entre los principales países europeos en digitalización. En concreto, nuestro país ocupaba en 2019 el undécimo puesto en la UE, según el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI). Es el mismo puesto que en 2018, aunque mejora en dos posiciones el resultado de 2017. Además, la puntuación obtenida en ámbitos como la conectividad, la especialización del capital humano, la integración de la tecnología o la investigación está por encima de la media de la UE y nos sitúa por delante de Alemania, Austria, Francia o Italia.

    Sin embargo, el 82% de los profesionales que han participado en el Barómetro sobre el impacto empresarial del Covid-19, que elabora Good Rebels con la colaboración de la Asociación de Marketing de España, prevé que la crisis fomentará la innovación y el desarrollo de nuevos modelos de negocio.

    Según la encuesta Global Capital Confidence Barometer, realizada por EY en 46 países en febrero y marzo, el cierre de la actividad ha hecho que más de la mitad de los encuestados esté dando pasos para cambiar su cadena de suministro. Al mismo tiempo, el 36% está acelerando sus inversiones en automatización y cerca del 70% está avanzando o readaptando su transformación digital.

    En esa línea, el confinamiento supone un parón temporal en la actividad económica de las empresas. Pero cuando superemos esta circunstancia, muchas de ellas acelerarán la digitalización, y en particular por la actividad que nos concierne, la de sus procesos de compras. Será una cuestión de supervivencia, de adaptación necesaria a un clima más incierto que demanda decisiones innovadoras. Es necesario, por tanto, ayudar a las empresas trabajando estrechamente con ellas para contribuir a superar las dificultades actuales, mediante el análisis y la priorización de sus gastos. El objetivo, derrotar a un enemigo común e invisible, sí, pero también saber con qué herramientas contamos y cómo utilizarlas para superar con solvencia una circunstancia tan difícil como la actual.