Opinión

¿Bajar el sueldo a los funcionarios?

    Parece difícil que el Gobierno de Pedro y Pablo quita la extra a los funcionarios como sí hizo ZP

    Mariano Guindal

    El Gobierno se atreverá a eliminar la paga extra de Navidad a los funcionarios como hizo Mariano Rajoy en 2012? Si la crisis actual es peor que la de hace una década, lo lógico sería pensar que sí. De hecho, dos años antes José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado por la Unión Europea a presentar "el plan de ajuste más duro de la democracia". En él se recogían recortes brutales en el gasto en Sanidad, Educación y se congelaban tanto las pensiones como se recortaba el salario a los empleados públicos. Había que reducir el déficit público a toda costa, era el precio que teníamos que pagar para que nos financiase entonces el BCE y evitar que España entrase en bancarrota. Pero ahora, como en la película de Brian De Palma es una Misión imposible con Pablo Iglesias en el papel de Tom Cruise.

    Sánchez se resiste con uñas y dientes. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que además es su portavoz, ya ha anunciado que el sacrificio sólo se le va a pedir al sector privado. ¿Es justo y equitativo cuando hay cuatro millones de trabajadores acogidos a Ertes y otros tantos en paro? Para los jubilados no hay problemas en congelar las pensiones, ya que la inflación es tan baja con la depresión económica que podrán mantener el poder de compra sin grandes problemas, e incluso hasta podrían mejorarlo si se produce las tan temida bajada de precios (deflación).

    Se trata de una cuestión política de primera magnitud. Después de todo lo que han hecho los sanitarios por la población es muy difícil, por no decir imposible, quitarles la extra de Navidad. Incluso algunas comunidades como la de Madrid habían propuesto lo contrario: darles una paga extraordinaria para que después el Gobierno de Pedro Sánchez se la quitase.

    No es justo que el sacrificio se le pida solo al sector privado con cuatro millones de parados

    Pero no solo se trata de médicos, enfermeras, celadores y demás personal sanitario, que solo son una pequeña parte de los 2,6 millones de funcionarios que emplean el sector público. El problema es que si Pablo Iglesias y los demás ministros podemitas se ven obligados a quitar una extra (o media) se cortan las venas. Después de pasarse años y años denunciando a Mariano Rajoy y a Cristóbal Montoro de "austericidio" ellos tendrían que hacer lo mismo… El ridículo que van a hacer es bíblico. Y lo mismo se puede decir de los socialistas que siguen sin rechistar a Pedro Sánchez y a quienes se les ha olvidado ya el ajuste de Zapatero.

    El problema es que si Pablo Iglesias y los demás ministros podemitas se ven obligados a quitar una extra (o media) se cortan las venas

    Pero, antes muertos que sencillos. El gobierno de izquierda progresista está para defender a los mas débiles, es decir a los funcionarios. Los sindicatos también tienen una buena papeleta. Los empleados públicos son sus principales federaciones por números de afiliados, más incluso que los "compañeros del metal". Será interesante ver cómo explican Pepe Álvarez y Unai Sordo que los "palos" solo los van a recibir los trabajadores del sector privado, para los que tampoco han conseguido revertir la tan denostada por ellos reforma laboral. Ambos, muy en línea con Unidas Podemos y en menor medida con el PSOE, han evitado por todas las vías hacerle una huelga general al Gobierno de Pedro y Pablo, pero como esto siga así no les va a quedar más remedio. Y yo que creía que lo había visto todo, ¡Vaya experiencia!

    Pero bueno, parece evidente que van a intentar evitar por todos los medios no meterse con los funcionarios, aunque haya un agravio comparativo con el resto de trabajadores, tan ostensible en estos momentos como es la seguridad de su puesto de trabajo. Pero la realidad se impone, y como ha señalado la Autoridad Fiscal, hará falta un ajuste similar al que se produjo en la crisis anterior. ¿Se acuerdan lo que se vio obligado a hacer Zapatero? Pues eso, donde las dan las toman.