Opinión
Los fondos de bajo coste pierden atractivo
Muchos inversores no son conscientes, pero ya es una práctica común entre los distribuidores de fondos de inversión (especialmente la gran banca) la aplicación de una comisión de custodia, de hasta el 0,35 por ciento.
Buscan así compensar las barreras que la directiva Mifid II impone para obtener ingresos por la vía de las retrocesiones. No es una comisión abusiva ni opaca, pero sí debe tenerse en cuenta que altera sustancialmente la naturaleza de vehículos como los fondos indexados. Estos productos se presentaban como una opción inversora con costes mínimos, debido a que se limitan a replicar índices. Su operativa no cambió pero ahora, por efecto de la comisión de custodia, ya no son tan baratos y pueden perder un 5 por ciento de rentabilidad.